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New England Patriots

Los Patriots repiten con Gilleslee lo que hicieron con Chris Hogan

El equipo de New England se hace con otro jugador al que sus rivales de división, los Buffalo Bills, dejan marchar sin pena ni gloria ni excesivo esfuerzo.

Los Patriots repiten con Gilleslee lo que hicieron con Chris Hogan

Mike Gillislee jugará para los New England Patriots. ¿Por qué un running back secundario, medio anónimo, de la NFL se convierte en noticia? Pues porque somos animales de costumbres, que podemos analizar el pasado para sacar conclusiones y porque, de alguna extraña forma, todos intuimos que este señor hará un partido de más de 180 yardas y tres touchdowns en los playoffs de la temporada 2017. Es que es así.

Resulta que Mike Gillislee era un jugador de los Buffalo Bills. Llegó desde Arizona, donde había jugado un año con los Cardinals, y había sido drafteado en quinta ronda por los Miami Dolphins. Un don nadie, para entendernos. Lo que pasa es que en el esquema "corre primero, pregunta después" de los Bills lució de manera decente, se aprovechó de un sistema creado para sacar el máximo de LeSean McCoy y, cuando éste no estaba o cuando se encargaba de suavizar las defensas, el bueno de Gillislee sacaba un montón de yardas. Tuvo un gran año y acabó con 5,7 yardas por carrera.

En Buffalo, con un nuevo régimen en manos del entrenador Sean McDermott, han hecho malabarismos con los contratos en esta offseason y le consideraron como un agente libre restringido sin ponerle tag de primera o segunda ronda. Para los Patriots eso es demasiada tentación: un jugador barato que ha ayudado en un rival divisional. A por él.

Le ofrecieron un contrato de dos años y 6,4 millones de dólares, que está bastante bien, pero, además, cargaron la gran parte del dinero en el primer año de manera que para los Bills resultase muy duro igualar la oferta y quedarse al jugador. Así ha ocurrido. Por lo que Gillislee se va a New England y una quinta ronda de los Patriots viaja a Buffalo.

Algo parecido ya ocurrió con Chris Hogan, receptor que estuvo en los Bills, y al que se sacó un rendimiento digamos que decente, y que acabó fichando por los Patriots, donde no lo han convertido en Pro Bowler de casualidad.

Hay una tendencia aquí que no es casual en absoluto, por supuesto. Puede pensarse que en New England saben valorar a los jugadores medios, o medicores, y en sus rivales de división no. Pero eso es ver sólo la mitad de la película; si la vemos entera lo que resulta más probable es que en los Patriots ponen a estos jugadores en posiciones de brillar en momentos puntuales y acorde a sus características y que ese mismo resultado sería impensable en, por ejemplo, Buffalo.

Es por eso que, sí, todos imaginamos que Gillislee puede acabar haciendo un partido por el que señalar a los Bills como unos tontos por dejarle marchar... pero tan fácil como eso es sospechar que ese mismo partido jamás lo disputaría en Buffalo porque no habría ni la opción.

Por cierto, los Patriots, ahora mismo, tienen cuatro running backs de un nivel digamos que medio (dentro de que son bien diferentes): el citado Gillislee, Burkhead, White y Lewis. Sin noticias de Blount.