Bakambu mete mano al Leganés y Jona colabora con asistencia
El delantero da la victoria al Villarreal de forma irregular en el 92’ y acerca el pase a Europa. Jonathan dos Santos sólo jugó 15 minutos, pero dio la asistencia para el tanto final
Olvidado ya del estilo y la plasticidad, el Villarreal basa su vida actual en las matemáticas. Sólo le importa sumar con tal de volver a Europa. Basta para entenderlo con ver su nuevo partido y las artes para escalar. El Submarino hizo de nuevo los deberes ante un Leganés combativo pero lastrado por las bajas. Lo consiguió sin tener más opciones que su oponente, agobiado por tener que mandar sin espacios para correr, con el único mérito de arriesgar más, que no mejor, y gracias a una mano de Bakambu, tras desviar un tiro de Jonathan dos Santos, en el descuento que neutralizó un tanto de Guerrero en el 90’ que hacía bastante más justicia que la repartida al final.
Bakambu, villano en Vitoria la pasada jornada, se convirtió esta vez en el héroe cuando ya estaba en boca de todos tras fallar dos ocasiones claras. A la tercera, en el 68’, hizo el 1-0 al acertar con un tiro cruzado tras una dejada de tacón de Soldado. Si el congoleño no perdonara tanto no estaría en el Villarreal. En el 92’ fue cuando llegó el gran centro de Jonathan, fuerte y medido, y su eléctrica aparición para lograr un triunfo crucial del que, sin embargo, no deberá estar muy orgulloso. A la espera del VAR, se disfrazó de tramposo.
Bakambu acaparará los titulares, mientras que para el Laganés quedarán la angustias y para Andrés Fernández los elogios. El portero local sacó dos manos decisivas a Siovas (43’) y Morán (72’) que sustentaron al Villarreal y que comenzaron a deprimir a un Leganés empeñado en dar comba a los de abajo. Garitano revolucionó su once condicionado al estar sin bandas, pero no le supo dar la consistencia necesaria a esa defensa de cinco en la que Adrián Marín, que volvía a casa, brilló con balón y en la que los centrales concedieron demasiado para querer aparentar ser una muralla. Sansone, exiliado y desfondado en la banda, perdonó en el 2’ y en el 37’.
Con 25 minutos por delante y el marcador en contra, el Leganés intentó arañar un punto de oxígeno. Para ello movió el banquillo. Lo encontró de la forma más primitiva: con un pelotazo de Herrerín, tras la prolongación de Siovas, después de una dejada de maestro de Bueno y merced al fusil de Guerrero. El Leganés sonreía y Leganés resoplaba. Hasta que Bakambu sacó la mano a pasear y el asistente de Jaime Latre pensó que eran las pestañas.
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