Un fan de Ohio State con distrofia muscular anota un touchdown

El mundo del deporte universitario norteamericano tiene sus propios ritos y reglas internas. Es difícil entenderlo desde Europa. Cuando alguien se acerca por primera vez a él con mentalidad propia de nuestros deportes, acaba sintiendo que es un universo distante e inexplicable. No deja de ser un poco verdad y, por eso, cuando toca hablar de ello suele sacarse a colación el ambiente, las raíces, asuntos sociales y argumentos más basadas en la comunidad, en las personas, que en lo deportivo. Lo que se puede denominar folklore. Pero es innegable que esas reglas internas tienen aspectos que son universales.

Pongamos por ejemplo lo que sucedió ayer en el clásico partido de primavera del equipo de football de la poderosa universidad de Ohio State. Este partido, que todas las universidades programan para que sus jugadores jueguen entre ellos antes de que acabe el curso y se vayan de vacaciones de cara a la próxima temporada, es una especie de fiesta y de hermandad con la afición.

En Ohio State decidieron que, este año, el protagonista fuese Jacob Jarvis, joven fan de la universidad, que tiene distrofia muscular y que pudo anotar un touchdown para su equipo preferido. Fue al final del partido:

Jarvis es un gran aficionado tanto del football como de Ohio State. Se le ve a menudo no sólo por el campo de Columbus sino en los alrededores del equipo en entrenamientos y actividades varias. Al punto de que el entrenador jefe, Urban Meyer, le ha llegado a considerar "un miembro más del grupo" y les echa una mano en el proceso de reclutamiento de jóvenes talentos.

Ahora, además, puede presumir de haber anotado un touchdown con sus queridos Buckeyes.