Checo saldrá 18° en el GP de Barhein; primera pole para Bottas
El finlandés venció el duelo de Mercedes dejando a su compañero Hamilton segundo y a Vettel tercero. Alonso saldrá 15º y Sainz, 16º.
Quedó en silencio el circuito, apenas se escuchaba el viento amenazando la tormenta de arena que es espera para la carrera, pero en ese momento solo el corazón de Valtteri Bottas podía sentirse en Sakhir. Pole. Duelo de Mercedes y el ganador es el que nadie esperaba, un finlandés con el rostro de piedra y el carisma de una planta de interior que, sin embargo, hizo sonreír a su único compatriota en la sala de prensa. El mítico Heikku Kulta, periodista finlandes de raza y veteranía, antiguo columnista de AS, sonreía como por impulso, sin creerse aún que el pequeño Valtteri hubiera quitado la pole a la estrella Hamilton. Pero lo hizo. Y por solo 23 milésimas.
El duelo estaba claro entre los dos coches de la estrella con los Ferrari mirando de lejos la batalla. En el primer intento de la Q3 Hamilton se imponía por solo media décima y casi todo el universo de la F1 esperaba ya la vuelta en la que el tricampeón lograse su tercera pole en este trazado de manera consecutiva con un par de décimas sobre su compañero, ese que parecía una comparsa, apenas un palmero para Camarón y sus collares de oro. Pero no, Bottas voló alto y logró la primera pole de su carrera deportiva en la noche del desierto. Queda para la historia.
Como la imagen de ellos. Cuatro palmeras rodeadas de luces y dos españoles dando la espalda al paddock que esperaba el sonido de los coches para jugarse la pole. Ellos dos no estaban, terminaron antes de tiempo con los motores rotos en pedazos. Sainz se quedó fuera ya en la Q1, partirá decimosexto y Alonso antes de terminar la Q2, decimoquinto. No power, no power, se le escuchó al madrileño quejándose de la potencia del motor Renault de su Toro Rosso. Después le tocó al Honda del astur que tendrá que cambiar el propulsor, a la tercera carrera ya toca el segundo del año, como antes le pasó a su compañero Vandoorne.
Y también al Ferrari de Raikkonen en la previa. El otro finlandés, el campeón del mundo de 2007, partirá quinto lejos otra vez de Sebastian Vettel, tercero, que acompañará a los dos Mercedes. Seb hablaba con Bottas mientras esperaban a Hamilton y su enfado disimulado en una sonrisa de incredulidad marca de la casa. Botas, que aún no sabe sonreír, hacía una mueca con la boca que suponía felicidad. Lógico. Es de piedra. Pero sabe llevar un coche de carreras. Y Toto Wolff… sonríe. Al fin. Aliviado.