Un error de Jonny resucita al Genk

El Celta afrontará la vuelta en Bélgica con una ventaja mínima y peligrosa. Tras remontar el tanto inicial de Boetius, los vigueses lograron remontar hasta conseguir una diferencia de dos goles. Y con la moral por las nubes, el cuarto parecía cuestión de tiempo. Hasta que Jonny se quedó inconsciente durante un segundo. Incomprensiblemente, dejó pasar un balón fácil de despejar y permitió dos remates seguidos de Buffel. El primero lo pudo repeler Sergio. El segundo se fue a la jaula, reduciendo la ventaja a la mínima expresión, cuando todo apuntaba a goleada y sentencia.

Los célticos salieron bloqueados al campo. No sé si el excesivo favoritismo o el miedo a perder una oportunidad histórica les pasó factura, pero el caso es que el Celta no estuvo sobre el césped en los primeros diez minutos. O al menos el Celta que estamos acostumbrados a ver. El Genk aprovechó el sesteo. Trossard mareó a Fontàs antes de centrar para que Boetius cabeceara a bocajarro a Sergio, que no tuvo margen de reacción. El tortazo despertó al Celta, que no tardó ni cinco minutos en igualar por medio de Sisto, previa asistencia con la espuela de Guidetti. Y segundos después Aspas no falló a su cita con la historia, batiendo a Ryan con su zurda prodigiosa. Antes del descanso llegó el tercer zarpazo, por medio del tercer integrante del tridente GAS (Guidetti, Aspas y Sisto). El delantero sueco culminó una gran jugada personal después de apoyarse en su socio Iago Aspas.

Con el Genk en la lona y la sentencia a la vuelta de la esquina, el error de Jonny resucitó a los belgas. Su despiste puede pasar a la historia negra del Celta o puede quedar en una anécdota sin importancia. Todo dependerá de lo que suceda en Bélgica el próximo jueves. No obstante, el Celta consiguió su objetivo de ganar el partido y hoy es todavía más favorito que ayer. Las semifinales están cerca, pero aún queda mucho recorrido.

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