Yadier Molina y el truco de la pelota mágica
El receptor de los Cardinals es considerado uno de los mejores de la historia, pero el jueves hizo algo nunca antes visto.
El puertorriqueño Yadier Molina es conocido y reconocido como uno de los mejores catchers de la historia. Tiene el liderazgo para comandar el respeto de todo el cuerpo de lanzadores de los St. Louis Cardinals, la fuerza para bloquear el plato en contra de un tren sin frenos y robarle una base... bueno, robarle una base sería el equivalente de retar a golpes a Chuck Norris.
Pero ni Molina ni ningún otro receptor en la historia había pasado nunca por algo como lo sucedido el jueves ante los Chicago Cubs.
Con la pizarra 4-2 al frente en la séptima entrada, el zurdo Brett Cecil realizó un lanzamiento descontrolado para ponchar al emergente Matt Szczur. Pan comido cuando está la muralla puertorriqueña detrás del home ¿cierto?
Falso.
Molina alcanzó a detener el disparo de Cecil y lo sabía. Lo que el ocho veces ganador del Guante de Oro no sabía era dónde estaba la esférica. Szczur se colocó en la inicial sin problemas, mientras “Yadi” buscaba la pelota de manera desesperada. Al final se dio por vencido, y de paso Szczur en su intento por hacerse a la conquista de la intermedia.
La pelota quedó pegada en el peto protector de Molina por causas que aún se desconocen. Tan cerca y tan lejos de la bazooka de brazo derecho con la que vino equipado de nacimiento.
Al boricua solo le quedó sonreír. Pero la risa se le borró del rostro dos bateadores después. Cecil dio base al siguiente enemigo, John Jay, y Kyle Schwarber le siguió con jonrón de tres carreras para darle la vuelta a la pizarra y encaminar a los Cubs al triunfo 6-4.
Molina tampoco rio en la conferencia de prensa, cuando se le preguntó si había untado alguna sustancia en su peto, el boricua respondió: “¿Le puse algo a mi peto para que se pegara? Esa es una pregunta estúpida”.
Los Cubs, en tanto, restaron importancia a la situación.
“No sé si salieron con velcro en los protectores o si solo era una pelota pegajosa”, dijo Joe Maddon, manager de Chicago. “Definitivamente se pegó como si tuviera velcro”.
¿Habría dado otro tipo de respuesta si el marcador fuera adverso?