Zidane lo tenía todo controlado
Existen dos tipos de viajes en avión. Los de corta y media distancia y los de larga distancia. Pasa igual con los entrenadores. Los hay que tienen una visión corta de las cosas y que sólo intentan dar un golpe rápido. Y están los que se caracterizan por su capacidad para mirar mucho más allá de los primeros resultados. Carlo Ancelotti es de esos y lo está demostrando en las últimas semanas con su Bayern de Múnich igual que lo hizo con el Madrid en el año de la tan querida Décima. Zidane, que ya lo había aprendido durante sus años de jugador en Italia, lo ha asumido totalmente al lado de su mentor cuando era su segundo en el banquillo del equipo merengue. Hay que preparar la temporada para que, físicamente, los jugadores lleguen bien en el mes de abril, cuando empiezan a decidirse los títulos.
"Lo importante es cómo acaba la historia, no cómo comienza”, solía decir el bueno de Carletto. Y hay que reconocer que Zizou lo ha hecho todo bien en la planificación de este ejercicio 2016-2017 para que el desenlace sea el más placentero y exitoso posible. Primero contrató a Antonio Pintus, el Balón de Oro de los preparadores físicos, y juntos diseñaron varios planes de trabajo con una pretemporada muy dura en verano y una fase intensa después de Navidad. Luego Zidane impuso su inteligente política de rotaciones a todos los jugadores sin excepción. Y aquí estamos, con todos los futbolistas disponibles y en gran forma. El Madrid podrá perder los dos trofeos que aún disputa (la Liga y la Champions) por falta de suerte o incluso por falta de fútbol, pero por culpa del físico no será.