Éder y Bonucci remontan para Italia ante una Holanda negada
La azzurra se llevó con lo justo el amistoso de Ámsterdam. Romagnoli marcó en propia puerta en el 10', pero antes del descanso Italia le había dado la vuelta.
No era más que un simulacro, pero confirma que Holanda necesita un exorcismo porque nada le sale bien, pero la imagen sí fue como para calmar un poco los ánimos de su afición. Su próximo seleccionador tendrá mucho que trabajar, en ataque y en defensa, pero se encontrará con que no todo son malas noticias. Por ejemplo, está Depay. Muy activo y enchufado, pese a jugar de delantero. Enfrente, a Italia le bastó con castigar un par de jugadas mal defendidas por la defensa oranje para llevarse un amistoso de tronío. Donnarumma se encargó el resto.
Fred Grim no hizo una revolución en su primer once, aunque sin Robben fio el ataque a Depay. Y el partido empezó revolucionado e Italia entró al trapo holandés. El ida y vuelta en Ámsterdam tuvo pronto premio, aunque casi por accidente. A los diez minutos, Depay entró en el área por la izquierda y sirvió al punto de penalti, pero el balón tocó en Romagnoli, engañó a Donnarumma y se coló, gol en propia puerta. Un minuto después, De Rossi sacó rápido una falta hacia el área, Hoedt despejó de cabeza a la frontal y allí la enganchó Eder, que aprovechó el regalo para empatar con un derechazo cruzado.
Tras el 1-1 del primer asalto, Holanda volvió a dominar, pero a la vez a dejar muestras de su endeblez en defensa, con fallos muy evitables. Verratti era el italiano que más se dejaba ver y consiguió enfriar el control holandés. Y pasada la media hora, la azzurra volvió a no dejar pasar otro obsequio. Justo antes Martins Indi había cabeceado un córner al larguero. En el otro área, Parolo cabeceó el saque de esquina y Zoet replicó con una buena mano, pero al balón muerto llegó primero Bonucci que fusiló y marcó.
Tras el descanso se acentuaron las intenciones de Holanda de, al menos dejar, una grata imagen. Depay lideró, bien secundado por Promes, las operaciones ante las dos líneas italianas que blindaron a Donnarumma, el portero titular más joven de la historia de Italia, que respondió a la perfección cuando le tocó. Suyo fue el paradón del partido, a un derechazo de Promes, y tampoco estuvo mal otro a Sneijder, al filo del final.
Y así, Holanda cerró esta semana negra con otra derrota, aunque quizá el resultado era lo de menos. A la afición le agradó ver en la grada a algunos de los que pueden ser candidatos al banquillo. Allí vieron el partido Seedorf, Van Gaal y Capello. Italia, por su parte, a lo suyo: un partido aseado, efectivo y un triunfo de prestigio.
