Nacido en Michigan el 30 de octubre de 1996, Devin Booker es, tras su paso por la Universidad de Kentucky (compañero de Karl-Anthony Towns, Cauley-Stein, Lyles...), uno de los jugadores con más potencial de toda la NBA. A sus 20 años, el ex de los Wildcats se ha convertido en menos de dos temporadas en la pieza central del proyecto de futuro de los Phoenix Suns. Y lo ha hecho aprovechando su oportunidad (las lesiones le dieron la titularidad la temporada pasada... y hasta hoy), sin egoísmos ni prisas. Con su cara de niño y su talento natural para anotar, Booker apenas ha tardado en convencer a compañeros, analistas, aficionados y rivales de que será una estrella en la mejor liga de baloncesto del mundo.
Explosión anotadora
Un líder oportuno
Cuando todo parecía ir mal en Arizona (lesiones, traspasos poco acertados, contratos inflados, etc), la aparición estelar del ex de Kentucky como líder cambió la desesperación por las sonrisas. Esta temporada, ya asentado como jugador franquicia (o proyecto de), Booker sigue tirando de un equipo que empieza a juntar piezas más que interesantes de cara al futuro y que encontrará un gran apoyo en su elección de primera ronda del próximo draft. Un anotador fuera de lo normal. Un jugador especial. Un diamante en el desierto.