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El Cholo no quiso sacar al Niño Torres

MéxicoActualizado a

“¡Cholo, sácalo!, ¡Cholo, sácalo!”. Así gritaba el Calderón, demandando que saliera Torres, pero el Cholo no les dio el gusto. A saber por qué. No agotó los cambios, no había nada que arriesgar ni, si me apuran, nada que ver, así que se añoraba el regreso del jugador querido que nos encogió el corazón hace aún pocos días. Pero no, Cholo no quiso. No le plugo. Falto de ese atractivo, en realidad el espectáculo en el Calderón lo puso la afición, que fue en gran número a estar con los suyos en una noche sin intriga, porque la eliminatoria venía resuelta de Alemania. Fue allí, en ese 2-4, donde el equipo dio el do de pecho. La vuelta se la dejó a la afición.

Algo más hubiéramos esperado del Atlético, dicho sea de paso. Al menos, de algunos de sus jugadores, los menos instalados. Se entiende que los indiscutibles, por ello mismo más gastados, se reservaran para lo que viene, y lo que viene es, para empezar, el Sevilla. Pero de los que no tienen plaza fija se podría haber esperado algo más y no lo dieron. El hombre de la noche fue Oblak, con tres paradas prodigiosas en tres segundos, repeliendo remates a quemarropa. El Bayer contraatacó bien, amenazó, pero a la hora de la verdad se encontró con Oblak. Por arriba, el Atlético hizo poco. Tampoco tenía necesidad de más, es cierto.

La noticia de la noche vino de Mónaco, donde el City de Guardiola se quedó en la cuneta. Viajó con un 5-3 a favor, que parece mucho pero no lo es tanto. El Mónaco hizo un primer tiempo colosal, dueño del medio campo y con remate. Así se fue 2-0 al descanso. Luego especuló y el City alcanzó un gol merecido. Pero cuando el Mónaco arreó de nuevo, el equipo inglés fue incapaz de seguirle y cayó el tercer y decisivo gol, en una falta al área mal defendida. Junto a la del Barça-PSG, esta ha sido la otra gran eliminatoria de octavos. Se la llevó el Mónaco por su mayor fe. Un revés para la Premier, a la que sólo le sobrevive el Leicester.