Belichick luce "seis anillos" en su sudadera en la Combine
El entrenador, y general manager, de los New England Patriots presumió de su último triunfo en la Super Bowl mientras ojeaba a las futuras figuras de la NFL.
Bill Belichick no pasó desapercibido en la Combine de la NFL. El amo y señor de esta liga, el emperador que domina con mano de hierro la competición, no necesita de ningún accesorio para hacerse notar. Su mera presencia ya es suficiente para que todas las miradas se giren y le persigan. Es lo que tiene ser el más grande de todos los tiempos.
Y, sin embargo, Belichick dejó dos anécdotas este fin de semana en Indianapolis que parecen poco acordes a la personalidad, huraña y reservada, que él mismo se encarga de vender y le acercan más al tipo con gran sentido del humor que siempre nos han vendido sus más cercanos.
Lo primero es que eligió para su vestimenta una sudadera que incluía la leyenda "VI Rings", o sea, seis anillos. En un evidente, e innecesario, recordatorio para el resto de la NFL, Bill quiso presumir de sus logros y, en concreto, de su última Super Bowl, ganada hace apenas un mes.
Resulta curioso, amén de por la chulería en sí, porque es conocido que Belichick tiene siete anillos y no seis. Ganó dos como coordinador defensivo en los New York Giants y cinco como entrenador jefe de los New England Patriots. De hecho, su nuevo bote de pesca y disfrute marítimo se llama "VII Rings", en sustitución del anterior que se llamaba... sí, "VI Rings", y que hasta el año 2014 se llamaba "V Rings". Queda clara la secuencia ¿verdad?.
Un glorioso intercambio con Willie McGuinest
No sólo eso. Belichick también hizo algo muy, muy, muy, muy, muy, muy poco habitual en él como es el confratenizar con la prensa, o con el espectáculo deportivo para ser más preciso. Se acercó hasta la cabina de comentaristas de la NFL Network, donde Rich Eisen y Mike Mayock narraban la jornada, y se puso los cascos para saludar a un viejo jugador suyo y que actualmente trabaja para la televisión de la liga: Willie McGuinest.
Juntos nos regalaron un glorioso intercambio de anécdotas que concluyó con Belichick contando como era insultado en Indianapolis hasta el archifamoso 4ª&1 que se jugó, y perdió, frente a los Colts, momento desde el cual la buena gente de Indiana pasó a saludarle con efusividad. No tiene desperdicio: