¿El partido que lo cambió todo? Lesión de rodilla de Kevin Durant
Los Warriors caen in extremis en Washington, llegan a las diez derrotas y contienen la respiración: lesión en la rodilla izquierda de Kevin Durant.
28 de febrero, en Washington. Curiosamente, en su casa y en la pista en la que muchos soñaban con verle jugar en un regreso al estilo LeBron James: Kevin Durant duró poco más de un minuto en pista y se tuvo que marchar con una lesión de rodilla pendiente de las pruebas definitivas que pueden, sencillamente, transformar por completo la temporada NBA. Cuando los Cavaliers suman a Deron Williams y Andrew Bogut, cae Kevin Durant. A los Warriors les quedan 22 partidos y a la temporada un mes y medio antes de que arranquen los playoffs el 15 de abril. Ese es el eje. Todo lo que implique una lesión que impida a KD estar allí, o incluso una que le haga llegar muy justo o por debajo del 100%, habrá convertido este Wizards-Warriors (112-108 final) de un 28 de febrero en, tal vez, el partido más determinante de la temporada.
Sin llegar al minuto de partido, Gortat trató de llevarse un rebote de ataque con un meneo aparentemente innecesario a Pachulia, al que lanzó directamente contra Kevin Durant, cuya rodilla izquierda se dobló de forma muy preocupante.
Después de un intento de seguir en pista, y con menos de 100 segundos de partido disputados, el dolor no remitió y Durant se fue. De la pista y del pabellón, directo al hospital. Hoy se sabrá más. El vestuario de los Warriors era todo silencio tras el partido y la NBA vivirá estas próximas (largas) horas con la respiración contenida. Veremos.
En pista, después, perdieron los Warriors, que alcanzan las diez derrotas (50-10) que nunca alcanzaron la temporada pasada. De pronto, especialmente hoy, esto no es en absoluto trascendente. Lo peor para ellos es la lesión del jugador que tenía que transformar el guion de la temporada pasada. Pero por añadir síntomas para el mal humor, volvieron a perder después de un mal inicio y volvieron a perder en un final igualado. Y volvieron a perder con un Stephen Curry incapaz de recrear su magia de la temporada pasada en las jugadas decisivas. Falló sus tres primeros triples (0/14 total si se sumaban los once de la noche anterior en Philaldelphia, terminó el partido con 2/9), lideró la reacción del tercer cuarto con 15 puntos (y 6/9 en tiros) y jugó un par de pésimas posesiones con el partido en el alambre, culminadas con el triple abierto con el que se encontró a falta de 5 segundos y con el marcador 110-108. Falló. Por delante y por detrás, tiros libres de Washington para cerrar la victoria.
Al menos, para el mal inicio tienen excusa los de Kerr: la lesión de Durant congeló a un equipo que echaba cuentan y rumiaba sus asuntos mientras John Wall, a lo suyo, dirigía una cacería de muñecas de trapo: 39-20 en menos de diez minutos de partido, 61-49 al descanso y cuando los Warriors empezaban a recomponerse, antes del único rato bueno de Curry, al ritmo de Draymond Green y con el escuadrón duro (Pachulia, West, Livingston…) poniendo pegamento. Así hasta la primera ventaja visitante, 79-80, y hasta un 102-103 en los últimos 120 segundos, después de triple de Green, que finalmente no fue más que otra ventaja final mínima que se escapó para los de la Bahía. Que, por ahora, bastante tienen con cruzar los dedos y esperar noticias de Durant. Todo lo que daba sentido a esta temporada para ellos depende de ello. Por lo demás, el partido fue de menos (39 pérdidas totales, 30-19) o más, con un último cuarto eléctrico, John Wall dirigiendo la máquina (19 asistencias), Green sujetando a los Warriors (14 puntos, 14 asistencias), Klay Thompson en otro día negro (3/13 en triples) y Kevin Durant (que llevaba 562 partidos consecutivos anotando al menos 10 puntos) en el hospital de su ciudad natal. Los Warriors se muerden las uñas, la NBA ni pestañea. Hoy sabremos algo más. Tal vez, algo definitivo.