Houston Texans - New England Patriots
La batalla que podría llevar a Jimmy Garoppolo a los Texans
Es posible que Houston ya haya dicho a New England que está dispuesto a dar su segunda ronda, pick 62, por Garoppolo y que todo dependa de las pujas de otros equipos.
En deporte no hay reglas matemáticas, pero en el mercado de la NFL sí que hay muchos números. Y si por un rato decidimos olvidarnos de que somos de letras, cogemos una calculadora, y empezamos a hacer números, es posible que lleguemos a la conclusión de que la mejor solución que tiene Houston para tener en 2017 un quarterback que merezca ese nombre es hacer una oferta por Garoppolo y, probablemente, a New England le podría interesar. Paso a explicaros los argumentos.
Premisas del argumento
1ª A Garoppolo le queda un año de contrato. En 2017 cobrará 1.108.513 dólares repartidos en los siguientes conceptos: 820.077 en salario base, 213.436 en signing bonus y 75.000 dólares en otros bonus). Eso significa que si los Patriots quieren sacar algo por él necesitan hacer un trade este año. No pueden esperar. Si se lo quedan, quedará libre en 2018. Por tanto, si sigue en el equipo será una pista decisiva para suponer que sí que creen en él como heredero de Brady, cuya renovación está en marcha, pero cuya edad no augura una larga carrera futura.
2º Los Texans tienen en plantilla a Brock Osweiler, al que ficharon el año pasado en la agencia libre. Despedirle les costaría 25 millones de dólares contra el cap. Mantenerle les costará 19 millones. Pero el año que viene pueden despedirle dejando ‘solo’ 6 millones de dinero muerto. Por tanto, salvo milagro que le convierta en 2017 en un quarterback de verdad, dentro de doce meses le van a dar una sonora patada en el culo con lacito y tarjeta de gracias por participar.
3º Los Texans no tienen mucho espacio salarial para hacer virguerías. A día de hoy, solo 26,7 millones, el décimo equipo con menos margen. Por suerte, tampoco tienen muchas urgencias e la agencia libre. Solo tienen que preocuparse de renovar sí o sí a A.J. Bouye (CB) y Quintin Demps (S). El resto de sus agentes libres son prescindibles o baratos. También necesitan reforzar la línea ofensiva y un heredero de Wilford, aunque por ahora, si el asunto se pone cuesta arriba, pueden tirar de D.J. Reader en el Nose Tackle e intentar arreglar la OL en el draft. Por tanto, los Texans no tienen más remedio que buscar un quarterback muuuuuuy baratito y cruzar los dedos.
4º en algunos medios se está especulando sobre un posible intercambio entre JJ Watt y Rob Gronkowski que podría tener alguna implicación en el tema Garoppolo. Olvidadlo. Olvidad el posible trade de ciencia ficción y la implicación del QB. Bacalá.
Todos los aspirantes
Aparentemente, los Patriots están haciendo llamadas ofreciendo a Garoppolo. Y por lo que dicen algunos medios, en los últimos días de enero se pusieron en contacto con los Texans para preguntar si estarían interesados por el quarterback. Obviamente, New England quiere sacar el máximo beneficio por Garoppolo y la primera ronda de Houston, el pick 25 global, parecía accesible y muy jugosa. Sin embargo, lo que ha trascendido es que Houston respondió a la llamada con una gigantesca peineta, butifarra o como queramos llamarlo.
Por muchos rumores que haya, no parece que nadie vaya a ofrecer un pick alto de primera ronda a New England por el quarterback. Fue elegido en el draft de 2014 con el pick 62 global, en la segunda ronda, y lo lógico es que Belichick quiera conseguir algo más de lo que le costó. Sin embargo, el mercado es el que marca el precio, y si no hay nadie interesado en dar una primera ronda, tendrán que conformarse con lo que les den, que siempre será más que quedárselo si no cuentan con él en el futuro y perderle para siempre en doce meses.
Sin embargo, a mediados de febrero parece que volvió a celebrarse otro encuentro telefónico entre las oficinas de Houston y New England, en el que dejó de hablarse del pick 25 global, y empezó a valorarse la posibilidad de que Houston entregara su pick de segunda ronda, el 57 global, y quizá alguna otra elección baja presente o futura. Y en este caso no parece que nadie colgara el teléfono. Al contrario, todo fueron abrazos y parabienes, aunque sin que nada quedara cerrado.
Con ese posible acercamiento, New England tal vez pueda haber asegurado tener un comprador seguro para Garoppolo, pero eso no significa que hayan pactado el acuerdo (que no es oficial, simplemente una suposición, aunque las conversaciones han existido y los rumores concluyen lo que os he contado). En segunda ronda, por encima del pick 57, están Redskins (si Cousins se marcha a San Francisco como cada vez parece más probable), Bills (si no se quedan con Tyrod Taylor y con el problema de que es un rival divisional), Jets (otro rival divisional al que no interesa reforzar) y, sobre todo los Bears con el pick 36 global. Probablemente Chicago sea el mayor enemigo para Houston en la batalla por Garoppolo, el gran objetivo de New England, que además de llevarse una pick altísimo lo enviaría a la otra conferencia y no a un posible rival en playoffs.
¿Y Cleveland y San Francisco? Si Kyle Shanahan no consigue a Cousins el debate queda automáticamente cerrado. Dará a New England su pick de segunda ronda, el 34 global, por Garoppolo. Pero todo apunta a que más bien darán ese pick a Washington, con lo que los Redskins podrían entrar con ese pick directamente en la batalla por Garoppolo. Sobre Cleveland, como ya he escrito en otros artículos, creo que mientras refuerzan todo lo demás seguirán confiando en Cody Kessler, que no lo hizo nada mal cuando estuvo sano, con Robert Griffin III en la recámara.
Desenlace que llevaría a Garoppolo a Houston
Si Chicago entra en la batalla con su segunda ronda, o Washington consigue la segunda de San Francisco, todo el plan puede venirse abajo y Houston puede perder su oportunidad salvo que su segunda roda fuera acompañada de más cosas, algo que no habría que descartar.
Si Houston tiene vía libre, y se le abre la puerta, creo que va a convertir a Garoppolo en su quarterback de 2017 con Osweiler como suplente. El primero le costará un millón de dólares y el otro 19. Veinte millones por tu grupo de pasadores no es una insensatez. Más bien, al contrario, es hasta un chollo.
El problema es que Garoppolo será en 2018 agente libre, y que vista la experiencia previa los Texans no van a negociar con él un contrato de larga duración hasta saber si puede ser, de verdad, su quarterback franquicia. Eso significa que dentro de doce meses si Garoppolo ha colmado las expectativas, Houston cortará a Osweiler, lo que solo dejaría 6 millones de dinero muerto, y le pondrá el tag de jugador franquicia a Garoppolo, para poder negociar con él un contrato de larga duración que, sin duda, estará firmado mucho antes del draft. Si, por el contrario, Garoppolo no ha funcionado, en 2018 podrán librarse de Osweiler, Garoppolo será agente libre, solo habrán perdido una segunda ronda, y quizá alguna ronda baja, que es un riesgo asumible, y tendrán disponible toda la artillería para intentarlo con otro jugador.
Y por eso creo que la mejor solución para que Houston no dé por perdido 2017 a tener que jugar sin quarterback por culpa del contrato de Osweiler es que gane la batalla por Garoppolo.