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DOPAJE

“El antidopaje fracasa por no ser independiente”

Hajo Seppelt destapó junto al matrimonio Stepanov el escándalo de dopaje de Estado ruso. Habló con AS sobre periodismo y el sistema antidopaje.

MadridActualizado a
“El antidopaje fracasa por no ser independiente”
Jesús Álvarez Orihuela

-Se le considera unánimemente el primer periodista centrado en exclusiva en materia de dopaje. ¿Por qué escogió esta profesión?

-Siempre fui curioso y quise descubrir cosas para aportar a la gente, difundir conocimiento. Me encanta la tele, aunque comencé en la radio en 1985. Respecto al deporte, me interesa mucho más la parte que hay detrás, la que habitualmente no se ve ni se cuenta, que los resultados en sí.

(Hajo Seppelt, alemán nacido en 1963, trabaja en la ARD y desde 2007 lidera el departamento de investigación del consorcio público).

-¿Qué le parece la situación actual del periodismo deportivo?

-Lamentablemente, muy pobre. La sociedad percibe el periodismo deportivo como un simple instrumento de entretenimiento, diferente al periodismo en otros ámbitos. Falta elevar el nivel intelectual para que el deporte no se considere puro ocio, sentarse horas y horas frente a la tele en el sofá. No se entiende que para ser un buen periodista deportivo no hace falta obligatoriamente ser un especialista en el deporte, sino en el periodismo. Disponer de un enfoque independiente y coger distancia para denunciar, criticar y servir a la verdad.

-¿A qué se debe tanto pesimismo?

-Por desgracia, el 95% de los periodistas deportivos se queda sólo en la superficie, no pretende profundizar ni cuestionarse lo que ve. Suelo incluir una anécdota. En 2010, dimos la noticia del positivo por clembuterol de Alberto Contador. Llegaron muchas críticas de España, los medios se posicionaron a su favor... y los periodistas le aplaudieron en su conferencia. Fue vergonzoso. ¿Qué son, periodistas o fans? Aquello supuso una experiencia durísima, me niego a creer que el periodismo deportivo pueda derivar en algo tan burdo, pero estamos así. Nuestro trabajo no se basa en vender, sino en contar con pruebas.

-Como el escándalo ruso.

-Sí. Indagamos, recabamos información, utilizamos recursos como los testimonios del matrimonio Stepanov (un técnico antidopaje y su mujer atleta), que grabaron las evidencias, y yo hasta me disfracé con una barba postiza para contactar con un científico ruso y comprar una sustancia indetectable. Podría parecer el guión de una película, pero fue la cruda realidad.

-¿Ha recibido amenazas?

-Sí, mensajes muy violentos vía e-mail. La ARD sopesó ponerme protección. Lo que publicamos no hizo ninguna gracia en Rusia (sonríe). A los Stepanov, los informantes más importantes de la historia, les costó salir de su país. Arriesgaron sus vidas para destapar el fraude.

-Está claro que COI y AMA fallaron. ¿Su perspectiva sobre las instituciones antidopaje?

-Han fracasado rotundamente por su falta de independencia y el patente conflicto de intereses. Imagine a un atleta famoso que logra récords cada temporada. Produce beneficios para todos: para el propio atleta, que disfrutará de más patrocinios, y para los patrocinadores, medios, federaciones, políticos, médicos o entrenadores, que consiguen más visibilidad y dinero. Ahora, imagine que se descubre que ese mismo atleta se ha dopado. Destruiría el modelo de negocio. Por eso se protege el dopaje.

-¿Qué sería necesario?

-El dopaje nunca desaparecerá. Se trata de un reflejo de la sociedad, siempre ocurrirán delitos. Habría que buscar más inversión e independencia real. El COI tiene que entender que, para proteger la limpieza del deporte, la AMA debe disponer de un poder sancionador verdadero, independiente de comités y federaciones. Aparte, animo a los deportistas a crear un sindicato para defender sus intereses. El discurso del COI sobre ovejas negras es falso, los atletas son unas víctimas del sistema, tanto del engranaje del negocio, en el que prima el dinero por encima de los protagonistas, como de la lacra del dopaje: si no aceptas entrar en el círculo vicioso, te vas fuera.