La depresión André Gomes
Centro de las iras de la afición después de un fichaje que puede irse a más de 50 millones de euros, en el club admiten su bajo momento anímico.
El fichaje que más expectación despertó este verano, André Gomes, es de momento uno de los grandes blufs de la temporada en el Barça. Frío, y sin ese ardor que se podría presumir en un futbolista con 23 años con ganas de comerse el mundo, el portugués ha desencantado al Camp Nou, que había pensado en él como uno de los reanimadores dela zona de creación del Barça y, de momento, ha encontrado un jugador apocado que, definitivamente, juega en estado de depresión. Nada mejor que la declaración de Robert (“hay que recuperar a André Gomes”) que no es sólo una visión de la afición ni de la crítica. También de los profesionales.
André Gomes empezó la temporada como suplente. Se incorporó el último a los entrenamientos. Primero, porque su fichaje, de exageradísimo precio (35 millones fijos, 20 de variables sencillas de alcanzar y 15 por ser Balón de Oro (¿) se cerró tarde. Luego, porque había sido campeón de la Eurocopa y sus vacaciones se extendieron. Tardó entrar en el equipo. Su posición osciló entre interior derecho e interior izquierdo y desde el principio no convenció por su obsesión en hacer simplemente lo que le pedía Luis Enrique: mantener la posición y asegurar el balón sin arriesgar nada, ni soltarse hacia delante como hacía en Valencia. Ni siquiera ser agresivo e la recuperación del balón. Sólo contra el City, en Manchester, tuvo una primera parte interesante. Poca cosa.
Sin embargo, algo debió ver Luis Enrique en el portugués porque, con el paso de los meses, fue dándole paso en el once inicial por delante de Rakitic. Antes de Navidad, el croata ya había desaparecido de la titularidad en favor del portugués. Una apuesta fuerte y decidida de Luis Enrique a la que el futbolista no le ha respondido. La actuación de André Gomes en París, donde falló un gol cantado y fue un coladero defensivo por donde entraron como cuchillo en mantequilla los Draxler, Matuidi y Kurzawa, fue la gota que colmó el vaso de la grada. Obviamente, André Gomes no es el único responsable de la crisis galopante de juego del Barcelona, pero un jugador de 50-55 millones de euros está obligado a dar más desde el primer día. Lejos de protegerlo del foco del Camp Nou, Luis Enrique insistió y, en un gesto muy suyo, quiso respaldar públicamente al jugador dándole la titularidad. El resultado fue un fiasco total. El partido se puso negro para el Barça y Luis Enrique tuvo que hacer lo que no pretendía. Cambiar a Rafinha y André Gomes para meter a Iniesta y Denis. El portugués se llevó una pitada de escándalo y quedó desnudo ante el Camp Nou. Sus compañeros y Luis Enrique le respaldaron al final del partido pero Robert no pudo esquivar la realidad “tenemos que recuperar a André Gomes”) además de dejar caer cierta sorpresa por la insistencia del técnico asturiano en las decisiones. Por lo que se desprendía de sus declaraciones, el secretario técnico considera que no es el mejor momento para exponer al portugués, en depresión futbolística, y sí para protegerle.