Cómo decir adiós al Calderón

Sigue la narración del Bayer Leverkusen-Atlético de Madrid de Champions League

Último partido. Entiendo al colchonero que lamenta que el último partido oficial en su casa no lo juegue el equipo que le hizo celebrar y sufrir. Comparto con el que veía en el Atlético-Athletic Club el colofón perfecto. Como en el 66 en el Metropolitano, padre e hijo cara a cara. En un verano sin Eurocopa o Mundial, ¿por qué no un amistoso final? La directiva del Atlético trabaja en ese sentido. ¿Vieron el homenaje a San Mamés? Fue un Athletic-Bizkaia. En los últimos minutos tres cambios muy especiales, Julen Guerrero, Daniel Ruiz Bazán y José Ángel Iribar saltaron al verde para éxtasis de la afición. Los tres otra vez de corto, El Chopo de negro y con el ‘1’ como siempre fue. Imaginen algo similar en el Manzanares, Paolo Futre, Kiko, Pantic y el Cholo Simeone. Yo lo veo.

El ocaso de Wenger. Arsene Wenger ha cumplido esta temporada 20 años al frente del banquillo del Arsenal, ciencia ficción en España. Su brillante método cambió la Premier, ganó tres campeonatos en la primera década y el respeto de los que criticaron su llegada. Para el recuerdo Los invencibles, Pirès, Henry, Bergkamp y Ljunberg, un juego de velocidad, calidad y pegada. Llegó a un club deprimido y le dio ADN de campeón. En 2006 alcanzó la final de Liga de Campeones en París con la derrota ante el Barcelona con el recordado gol de Belletti. Allí pareció acabar todo. Ha caído en octavos de final de la Champions las últimas siete temporadas y el 5-1 cosechado en Múnich esta semana anuncia la octava consecutiva. Su legado es reconocido pero no le garantiza continuar en el cargo. Una retirada a tiempo...

Uves y ráfagas. Algo más de un mes para que arranque el Mundial de velocidad. Diré que pregunté a Mela Chércoles por su pronóstico antes de que arrancaran los test de pretemporada, me respondió que se viene un nuevo giro a la película, el duelo Márquez contra Viñales será una realidad desde el primer día. Maverick ha completado la Universidad en Suzuki, ahora le llega una montura que opta a todo. Aprende muy rápido y es ambicioso, cree que puede ser el número 1 desde ya. Sus tiempos en Australia esta semana han alucinado al más científico de los analistas. Marc es la piel de su Honda pero aún espera mejorar. Lorenzo sabe que se sube a Ducati, una moto muy diferente a las demás. No se olviden de Rossi y Dani. Lo dicho, “Uves y ráfagas”, así saluda y despide siempre Mela Chércoles en Carrusel. Ganas de abrir gas, un año más.