Los ultras del Alavés son sospechosos de la pelea
Una frase proferida en plena reyerta (“Aquí mandamos nosotros…”) coloca a radicales del Alavés en el principal punto de mira pero se estudian otras posibilidades.
Vitoria, sábado 11 de febrero, 14:30 horas. Así empieza el relato de la vergüenza. Medio centenar de encapuchados, armados con barras y palos, arremeten contra una veintena de aficionados del Barcelona que estaban tomando un aperitivo en el bar Zeppelin del barrio de las universidades. La calle Nieves Cano se convierte en un campo de batalla.
Es obvio que los azulgrana son los agredidos y que evitan los golpes como pueden, aunque hay episodios de ensañamiento. Los agresores salen corriendo por el jardín que comunica con la calle que desemboca en el campo de fútbol de Mendizorroza. Según todos los indicios, son los aficionados culés los que avisan a una ambulancia. Los servicios sanitarios invitan a dos personas a ser evacuadas a un hospital pero uno de los heridos declina el ofrecimiento y permanece en el lugar.
Un varón de 46 años, catalán, ingresa en el hospital de Santiago. Como el traumatismo es cranoencefálico se le somete al protocolo típico para estos casos. Ayer ya estaba consciente y la previsión de daños es menos preocupante de las sensaciones iniciales.
Cuando la Ertzaintza se persona en el lugar de los hechos, detiene a un varón de 19 años, al parecer catalán, porque los agresores habían huido. El arrestado duerme en comisaría, ayer pasó a disposición judicial y posteriormente fue puesto en libertad, se desconoce si con cargos o sin ellos.
Testigos presenciales aseguran que los aficionados del Barcelona agredidos eran conscientes de que iban a por ellos, así que no se descarta un episodio previo de provocación.
Las hipótesis sobre la autoría de los hechos fueron de todos los colores pero ninguna tiene base real. Ni pro-nazis de Logroño, ni Ultras Sur camino de Pamplona, ni otras posibilidades. Una frase proferida en plena reyerta (“Aquí mandamos nosotros…”) coloca a radicales del Alavés en el principal punto de mira pero se estudian otras posibilidades. El grupo con peor expediente dentro del club son los Sport Friends, medio centenar de individuos que suelen ubicarse tras las porterías y con antecedentes en episodios violentos.