Hay escenarios que equilibran clasificaciones y coyunturas. Es buen ejemplo El Sadar cuando lo pisa el Madrid. Hoy lo hará sobre césped replantado y con 36 puntos más que Osasuna con dos partidos menos, pero adivina peligro en el duelo: sólo ha ganado en una de sus últimas seis visitas. Y Osasuna, aun colista y con tres lesiones de ligamento cruzado, apunta brotes verdes con Vasiljevic, al que sentaron en el banquillo para que probara si los once fichajes que trajo en verano (más los tres de invierno), en su condición de director deportivo, eran lo que prometió (sigue el partido en directo en AS.com).
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Con Enrique Marín faltó paciencia (7 puntos en 11 partidos), a Caparrós se le fue a pique el equipo (cinco derrotas en cinco partidos), con Vasiljevic hay síntomas de convalecencia (tres empates y dos derrotas por la mínima). Al Madrid le prepara una defensa de cuatro y el ardor guerrero de costumbre. “Si fuera jugador del Madrid, Pamplona sería el último sitio donde me gustaría jugar”, dijo Fausto esta semana. “Hay que ganar en intensidad y en segundas jugadas”, insistió Oier. Debutará Vujadinovic, que ya estuvo en Osasuna hace dos años, y hay alerta de ataque aéreo: nadie marca más goles de cabeza que el Madrid (13) en la Liga, nadie encaja más que Osasuna (17).
Al Madrid el partido le llega después de 13 días de parón y de un agrio tiroteo con el alcalde de Vigo. Pero entre tanto ruido ha ido recuperando jugadores. Zidane no precisa cuántos. Se sospecha que regresan Marcelo, Modric, James, Pepe y, quizá, Carvajal, pero se reservó una lista que le obligará a dejar a tres en Madrid. Probablemente tiene dudas sobre el estado físico de algunos. En cualquier caso, será un equipo más reconocible que el de las últimas semanas en su alineación, aunque envuelto en los mismos debates: Cristiano es mejorable y no hay evidencia científica de la superioridad de Benzema sobre Morata. Kovacic, en máximos, relevará al sancionado Kroos, Lucas Vázquez repetirá como tercer hombre de ataque e Isco, James o Modric completarán el centro del campo. El partido, créanlo, no es lo que dice la tabla. Así lo intuye la afición de Osasuna, que en dos horas agotó las pocas entradas disponibles.