Mertens y Hamsik deslumbran a dos semanas del Bernabéu

El Nápoles sigue intratable: los sureños lograron la victoria a domicilio más larga de su historia en la Serie A destrozando 1-7 al Bolonia en su 17 partido consecutivo sin derrotas. Un triunfo maravilloso que acerca con ilusión al grupo de Sarri al histórico choque con el Real Madrid.

La primera parte fue una de las más espectaculares de esta temporada de la Serie A. El Nápoles, en seis minutos, parecía haber cerrado el asunto: tras un gran centro de Callejón, Hamsik abrió la lata con un testarazo y poco después Insigne marcó el segundo aprovechando un gran pase vertical de Zielinski. Los azzurri, no obstante, se complicaron la vida: Reina neutralizó un penalti de Destro causado por una mano de Callejón, que instantes después vio su primera tarjeta roja desde 2010 por una reacción a una falta de Nagy. El español interrumpirá así su racha de 113 partidos consecutivos en la Serie A. Era la única manera para pararle.

No obstante, la superioridad numérica del Bolonia duró apenas 7', puesto que Masina, en el 33', también fue expulsado (decisión dudosa) por falta de último hombre sobre Mertens, quien marcó el 0-3 con el consecuente lanzamiento de falta. Los locales intentaron volver a meterse en el partido con Torosidis, que empujó entre palos tras otro paradón de Reina, pero el mismo belga sentenció (esta vez sí) antes del descanso, después de otra gran asistencia de Zielinski, regateando a Mirante.

La reanudación sólo sirvió para completar la fiesta partenopea: Marek Hamsik (con dos preciosas roscas), completó su primer hat-trick partenopeo alcanzando 109 goles con los sureños. Números increíbles para un mediocampista, que le acercan cada vez más a la leyenda: apenas le faltan seis dianas para empatar el récord de Diego Armando Maradona. Superarlo está en su destino.

El otro protagonista fue Dries Mertens: los registros goleadores del ex del Psv, desde que se siente cómodo como delantero centro dan miedo. Marcó 13 tantos en las últimas 8 jornadas del Calcio, y ante el Bolonia también logró su triplete a pocos instantes del pitido final, penetrando en la devastada área felsinea como cuchillo en mantequilla y desatando la fiesta suya y de sus compañeros. Lo avisamos: al Bernabéu llegará un Nápoles muy lanzado.