Prueba de supervivencia en Vigo para el Madrid de Zidane
Con bajas, afronta un reto inédito ante un Celta crecido y fresco. Ramos arenga en Twitter: “Toca remontada, queremos las semis”.
Por segunda vez en la era Zidane, el Madrid pende de un hilo. Le sucedió ante el Wolfsburgo y le ayudó el Bernabéu a corregir el inesperado error. Hoy escala otro ochomil sin el oxígeno de su gente y con la rémora de las lesiones (siete), que han descompuesto la zaga y el mediocampo. A las causas perdidas se sumaron ayer James, cuya lesión ha saltado de un sóleo a otro, y Varane, sobre el que no hay justificación médica pero que no ha sido capaz de jugar más de cuatro partidos enteros seguidos en los últimos tiempos.
Regresará Danilo, para el que el Bernabéu es viento de cara, y no se descarta que sea en la izquierda para abrirle hueco en la derecha a Lucas Vázquez, jugador muy útil para un Madrid a la carga y que evita tener que recurrir a Coentrao, lateral invisible que sólo ha jugado 150 minutos entre lesiones y moscosos. Kovacic tiene encomendado el trabajo de Modric, Isco entra en escena en su campaña con menos minutos y entre Morata y Benzema andará el segundo punta, porque Cristiano no está en duda pese a que conoció tiempos mejores.
Balaídos, una caldera
A favor del Madrid, que nunca sobrevivió a un 1-2, juegan el efecto Zidane, que ha ganado las cinco eliminatorias que ha disputado, y el efecto Ramos, refugio espiritual del equipo. “Toca remontar, queremos las semis”, escribió en su cuenta de Twitter, en mensaje de consumo externo e interno a la vez.
El Celta le ha dado al compromiso tratamiento de partido del año. Le acompañará un cortejo en los últimos 200 metros que conducen a Balaídos (cambiará la ruta del autobús) y Berizzo ha puesto mimo en llegar con los mejores y en las mejores condiciones. Le faltan Tucu Hernández, por la amarilla que estropeó su partidazo en el Bernabéu, y Orellana, que cumple cadena perpetua, pero el equipo llega fresco. Sólo repiten dos de los que perdieron en Anoeta (Sergio Álvarez y Roncaglia), donde Aspas jugó 8 minutos. Hoy saldrá en la derecha, porque se cubrirá la baja de Hernández con el sueco Guidetti, su target man, el hombre que ha de dar utilidad a los balones largos con su juego de espaldas. El resto lo pondrá Balaídos, la caballería reclamada por Berizzo: “Este partido lo ganaremos juntos”.