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MARRUECOS 0 - COSTA DE MARFIL 1

Marruecos elimina a la actual campeona, Costa de Marfil

Renard, que llevó a la gloria a los Elefantes hace dos años, fue esta vez su verdugo. Golazo de vaselina de Alioui y enorme decepción marfileña.

Madrid
Marruecos elimina a la actual campeona, Costa de Marfil
EFE

Costa de Marfil se unió a las decepciones de Gabón y Argelia y también dijo adiós a la Copa de África en la fase de grupos, mucho antes de lo esperado aunque no de lo merecido. El actual campeón cayó en las redes de Hervé Renard, técnico con el que alcanzó la gloria en 2015 y ahora en el banquillo de Marruecos, pero sobre todo fue víctima de su alarmante falta de fútbol. Fue igual de espeso el juego de los Elefantes que en los últimos años, pero ya sin la presencia de Yayá Touré ni Drogba en el equipo, lo que redujo casi al completo unas individualidades que tantas otras veces le salvaron en partidos así. Ni Die ni Kessié, que llegaba a la Copa de África como uno de los jóvenes más prometedores, fueron capaces de darle ritmo a una selección desesperantemente lenta.

La única opción clara que tuvo Costa de Marfil estuvo en las botas de Zaha, empequeñecido igual que el resto de sus compañeros, pero su disparo con la diestra se topó con el portero del Numancia, Munir. Marruecos, mientras tanto, jugó bien sus bazas. Renard es un técnico experimentado y mandó a su equipo a que esperara atrás y tratara de salir al espacio aprovechando la velocidad de El Nesyri y Bouhaddouz. El malaguista estuvo brillante en la parcela izquierda del ataque marroquí, igual que el deportivista Fajr por la derecha. Suyo fue un lanzamiento de falta que se estrelló en la escuadra en lo que hubiera sido un primer tanto importante para Marruecos y devastador para Costa de Marfil.

Ni el paso de los minutos mejoró a unos marfileños a los que se les fue agotando el tiempo y la paciencia. La incapacidad para generar juego impidió que hubiera ocasiones y el partido se mantuvo en ese contexto ideado por Renard que invitaba a aprovechar los resquicios de la defensa contraria en alguna contra para llevarse el partido. Ocurrió en el gol de bandera de Alioui, una vaselina preciosa que seguramente sea el mejor tanto del torneo hasta ahora. Quedaba media hora por delante y Costa de Marfil necesitaba dos goles que en ningún caso fueron una realidad palpable. Los tres centrales marroquíes se cerraron bien hasta convertir la ansiedad marfileña en una eliminación bochornosa, la del último campeón demostrando toda una ristra de carencias que le van a impedir revalidar el título.