Denis Suárez, el poeta del gol
Marcaba en Eibar su primer gol con el Barça. Así veía cumplido un sueño expresado con tan solo nueve años en un tierno poema infantil.
Sin necesidad de llevarlo a un grafólogo se puede deducir que fue el entonces infante Denis Suárez el que escribió de su propio puño y letra este poema que viene también firmado por sus compañeros de aula Manuel y Carlos. Precisamente por la firma observamos que la D mayúscula de Denis, o las vocales que componen su nombre, tienen unos trazos idénticos al texto manuscrito. Eso daba ya muestras de disciplina y responsabilidad en una edad muy temprana. Normalmente en un trabajo escolar colectivo uno carda la lana y otros se llevan la fama. Puedo dar fe de ello. Yo solía ser de estos últimos.
En este caso se trataba de un trabajo para la revista del colegio de Salceda de Caselas (Pontevedra) con motivo del ‘Dia das Letras Galegas’. El tema y su carácter premonitorio también permiten otorgarle eso que se da en llamar la ‘autoría intelectual’. “Somos moi bos xogadores/como adestramos con paixón/pronto seremos os mellores”.
No sabemos cómo les ha ido a Manuel y Carlos, pero Denis ya tenía muy claro su futuro cuando cursaba tercero de Primaria. Era un niño muy guapo, según cuentan las profesoras del colegio de Parderrubias, entre ellas mi mujer, que es la que ha rescatado este hallazgo. Su madre, peluquera, lo llevaba siempre muy aseado, peinado con un punto de gomina para domar un flequillo rebelde similar al que luce ahora. Popular ya entre las niñas, buen futbolista y estudiante destacado, asumía también el liderazgo en los trabajos de grupo. No creo que mis profesores de EGB me hiciesen el mismo retrato.
“Somos famosos en Quirós/no Porriño e en Salceda/ en Portugal tamén o somos”. Puede que la rima no fuese lo suyo, pero ya de chaval tenía claras sus prioridades. En esa época empezó a entrenar en las categorías inferiores del Celta. Pocos años después se enrolaría en la academia deportiva del Manchester City de donde lo rescató el Barça para cederlo más tarde al Villareal y Sevilla y completar su formación.
El poema, con el también premonitorio título de ‘Os Campións’, concluye de la siguiente manera: “Imos moi veloces polas bandas/mandámo-lo balón cruzado/sae o porteiro, caneámolo/ e outro gol máis marcamos”.
El regate y el gol eran por entonces su imaginario infantil. Con nueve añitos Denis Suárez ya nos anunciaba sus días de esplendor en la hierba. El futuro estaba escrito en los versos de este niño de flequillo rebelde por el que pronto empezarían a suspirar en las aulas las niñas de Salceda de Caselas.
