Luis Enrique cumple contrato el próximo mes de junio. Se está hablando mucho de su renovación, pero ya se está deslizando que puede haber tomado la decisión de dejarlo. De momento, ni el técnico ni el club se han manifestado en uno u otro sentido. Estas son las claves en la ampliación de contrato del asturiano.
Luis Enrique marca los tiempos. La renovación del técnico del Barcelona ha dejado de ser tema de debate en la sala de prensa del club en las comparecencias del técnico . En cuanto surge el tema, el asturiano se convierte en Bartleby, ese personaje de la novela de Herman Melville que pasa por la vida eludiendo cualquier cuestión a base de repetir "preferiría no hacerlo". Su insistencia en evitar la cuestión ha convertido el debate en un ruido de fondo y ha quedado claro que es únicamente el asturiano el que marcará los tiempos en un sentido o en otro.
La experiencia de la última vez. No es nueva la situación. En la última renovación de Luis Enrique el suspense se mantuvo hasta que el contador estaba a cero y eso que estamos hablando de la temporada del triplete . Luis Enrique comunicó a la junta que aceptaba la oferta de renovación después de ganar en Berlín la final de la Champions a la Juventus. Con elecciones convocadas en el club para ese verano, la junta le renovó justo antes de dimitir. Era tal el secretismo de Luis Enrique respecto a su decisión que todo indica que fue una decisión tomada en el último momento. Ni sus colaboradores más íntimos sabían lo que iba a hacer. De hecho, ni su esposa estaba al tanto de donde iban a ir sus hijos al colegio el siguiente curso.
El plan B. Vistas las experiencias, el club sabe que la oferta de renovación depende únicamente del técnico asturiano, pero deben de trabajar en opciones por si Luis Enrique decide no continuar. El entrenador ha dejado claro que o sigue en el Barcelona o se toma un año sabático para reponerse de tres años de vorágine y el club le ha dejado claro que la oferta para continuar siempre estará ahí. Nadie se ha planteado prescindir de Luis Enrique de manera unilateral. No obstante, ante la posibilidad de que decida irse, Robert Fernández, el secretario técnico del club debe de tener las espaldas bien cubiertas. Los nombres que suenan son poco más o menos los que suenan desde hace tiempo para el banquillo barcelonista y que también aparecieron cuando Luis Enrique ya se hizo cargo del equipo. Se trata de los Koeman, Valverde u Òscar . A estos se han unido otros de nuevo cuño en estas circunstancias como Eusebio, que se ha reivindicado en Anoeta, Quique Setién o Sampaoli , que parece ser el que está más de moda. Otra de las opciones sería que Unzué, su segundo, se hiciera cargo del equipo, pero el grupo de trabajo de Luis Enrique le es extremadamente fiel y si se marcha, lo más probable es que sus colaboradores se fueran con él.
No es una cuestión de resultados. Al menos, esto es lo que manifiestan ambas partes. Desde el lado de la junta se insiste en que acabe como acabe la temporada, la entidad está satisfecha con el trabajo del entrenador al que consideran el ideal para llevar la nave gane o no gane títulos esta temporada . De hecho, consideran que en dos años Luis Enrique ya ha ganado más de lo que se le podría haber exigido cuando se hizo cargo del equipo. Lo mismo piensa el entrenador. Su hoja de servicios está allí y de la misma manera que puede pedir seguir si no gana nada a final de temporada, nadie descarta que pudiera igualmente tomarse ese año sabático después de alzar los tres títulos. Esta es la teoría, en la práctica están los detalles del día a día y las circunstancias en los partidos y el curso de una temporada a la que le falta más de la mitad.
El límite. Pero lógicamente, el Barcelona no puede esperarse como pasó la última vez al último momento, en especial, si la respuesta del técnico es negativa . Robert Fernández ha hablado con Luis Enrique para pedirle que en el mes de abril como muy tarde les comunique su decisión con el compromiso de la junta de mantenerla en privado. El técnico ha reconocido que es una medida que le parece justa y que así actuará. La relación de Luis Enrique tanto con el secretario técnico como con el presidente es buena y en este aspecto no se supone que vaya a haber problemas. Teniendo en cuenta que el 23 de abril el Barça visita el Bernabéu y se empiece a vislumbrar ya más claramente como está el equipo en Liga y en Champions, esa podría ser la fecha para que al menos en clave interna, podría tomarse la decisión.