Los Warriors destrozaron a los Cavaliers... ¡en 24 minutos!
Triple-doble de Draymond 'el Jefe' Green y +20 puntos de los tres grandes anotadores del equipo. Los campeones, sin respuestas.
Puede que fueran los mejores 24 minutos de baloncesto de un equipo que he visto en mi vida. Cualquiera que haya visto el partido sabrá que no exagero lo más mínimo. Los Golden State Warriors, con la remontada navideña entre ceja y ceja y las bromas sobre el maldito 3-1 en las Finales aún frescas, dieron un puñetazo en la mesa tan perfecto en la técnica como certero en la ejecución: 7-0 de salida, 36-22 en el primer cuarto y 78-49 al descanso. Baloncesto de muchos quilates: de 26 asistencias en 24 minutos (todas de Curry, Durant, Green o Iguodala), de 18 tiros liberados (a los puntos, 43-7 en esa faceta), de 12/12 en transición tras fallo del rival o tapón (34-6) y de todo lo que son/han sido los Warriors en los últimos años: defender duro (la clave en sus mejores días) para correr, pasar, lanzar y divertir. La tormenta perfecta.
LeBron James (20 puntos, 6/18 en los tiros, seis pérdidas y un -32 en sus 35 minutos) y compañía nunca tuvieron respuesta para el vendaval. Fallaron demasiado al principio (el Rey casi no toca el aro y Shumpert fue directo al tablero...) y lo intentaron en la primera mitad después de caer 20 abajo en solo 13 minutos (42-22), pero el remedio fue peor que la enfermedad. Los Warriors reaccionaron al intento de los campeones con un 20-5 de parcial para llegar al descanso que cerró Stephen Curry con un triple de ocho metros: esta vez no se les iba a escapar.
Los problemas en la espalda de Kevin Love, que no volvió al parqué tras el descanso, fueron la bandera blanca. El partido se había acabado. La segunda mitad fue un trámite que llevo a los Warriors del +29 al +35 y de las 26 a las 37 asistencias (solo 11 de los Cavs). Poco más.
"Esto es baloncesto de alta calidad en su nivel más alto", dijo Curry al acabar el partido. Más razón que un santo. La primera parte que los Warriors jugaron ayer fue históricamente buena. 24 minutos del mejor baloncesto del planeta.
Defensa y números
Los triples, los mates, las transiciones... Qué pocos titulares se lleva la defensa. Y que injusto es que así sea. Números abrumadores que serían imposibles sin el liderazgo y la garra de Draymond Green y sin la mejor versión defensiva de Kevin Durant (¡qué robo a Kyrie y qué tapón a LeBron!) o Klay Thompson (¡qué tapón a Kyrie!). Luego se tienen que alinear los astros para que, además, Iguodala meta los triples abiertos (cambia todo en los Warriors cuando está acertado: muchos más espacios si él amenaza), pero los de Steve Kerr salieron al parqué con las ideas claras: esto lo ganamos atrás.
Cada mal lanzamiento de los Cavs, cada robo, cada tapón... Cada pequeño triunfo de los locales en su propia canasta se convertía en puntos en el otro lado a la velocidad de la luz. Las transiciones constantes facilitaban el movimiento de balón para encontrar al hombre abierto, especialidad de la casa. Hasta 18 veces lanzaron los Warriors completamente solos en los primeros 24 minutos, 18 lanzamientos que se convirtieron en 43 puntos por solo siete de los Cavs... Además, los de la Bahía anotaron el 79% de los tiros que llegaron tras pase de Curry, Green, Durant o Iguodala, y superaron a los campeones 34-6 a la contra en la primera mitad. Game over.
Al final, triple-doble de un Draymond Green (11+13+11+5 tapones, ¡+43 en 35 minutos!), placaje a LeBron incluido, 20+11 de Curry, 26 de Klay, 21+6+5+2+3 de Kevin Durant y fiestón en un Oracle Arena en el que 19.596 personas disfrutaron con el excelso partido de su equipo. Un somos los mejores y lo acabamos de demostrar de manual.