Maradona: "Al Nápoles le vendría mejor jugar hoy contra el Madrid"
Representó la obra 'Tre volte Dieci' en el mítico teatro San Carlo de Nápoles. No faltó polémica y sobre todo, mucha emoción.
“¡Nápoles, yo no te traiciono!”. Empezó así la obra “Tre Volte Dieci” ('tres veces diez', para celebrar los 30 años del primer Scudetto del Nápoles) de Diego Armando Maradona y Alessandro Siani en el San Carlo de Nápoles, el teatro de ópera activo más antiguo del mundo. Justo por eso, no faltaron polémicas, puesto que para algún intelectual fue un sacrilegio meter a un futbolista en este escenario: “Diego es hombre del pueblo, no puede estar en un teatro cuyas entradas cuestan 300 euros”, se leía. A eso, el Pelusa contestó a su manera: “Supe que Pelé fue a un teatro y las entradas costaban 200 euros... ¡él siempre debe quedar segundo!”.
El argentino empezó “su noche” atacando a Blatter y Platini, dos muñecos, a los que echó gritando: “Aquí no somos ladrones, ¡fuera!”. Y, luego, quiso contarlo todo: desde su adiós al Barcelona (“Gaspart me ofreció el doble del sueldo, pero a mí me importa más una pelota”) a sus encuentros con Fidel y Chávez (“Hablé ocho horas con ellos y nunca me aburrí. A Hillary y Trump no los entiendo ni quiero hacerlo”) y hasta desveló sus conversaciones con Papa Francisco: “Me dijo que el Vaticano no necesita de un banco, y esto es muy fuerte. Leí los libros del Banco Ambrosiano: se habla de drogas, niños securestrados, asesinados...¿de eso sirve?”.
Durante la noche Diego se conmovió varias veces, sobre todo recordando a sus padres (“quisiera que viviesen esta noche”) y recibió a muchos amigos: los compañeros del Nápoles campeón en 1987, periodistas, actores, cantantes. En la platea, asistieron al evento los azzurri Reina, Callejón e Insigne y el presidente De Laurentiis, que antes de la función anunció: “Cuando Diego arregle sus problemas con hacienda aquí en Italia, será nuestro embajador”.
La obra se cerró con dos mensajes. El primero, para el mandatario del equipo partenopeo: “Hablé con él y quiere lo mismo que yo y todos los tifosi: ganar. Se merece confianza”. El segundo, y más sorprendente, fue para Diego Jr, su hijo napolitano al que reconoció hace poco. Estaba presente en la sala, y le pidió disculpas públicamente: “Quiero perdirte perdón tras treinta años. Perdóname. Nunca más te abandonaré”. Entre lágrimas y aplausos, bajó el telón.