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CRUZ AZUL

Paco Jémez: "No estoy pensando en ningún título"

Aunque el Cruz Azul está obsesionado con ganar un título de liga, al entrenador español no se le ocurre pensar en ser campeón porque las finales están lejos.

Paco Jémez: "No estoy pensando en ningún título"
Alex CruzEFE

Pumas vs Cruz Azul

Aunque dirige el Cruz Azul, un equipo obsesionado con ganar un título de liga, al entrenador español Paco Jémez no se le ocurre pensar en ser campeón en México porque las finales están lejos y a él sólo le importa el día de hoy.

"No estoy pensando en ningún título, pienso en el partido contra los Pumas el domingo, no me interesa lo que va a pasar en cuatro, cinco o seis meses, cuando lleguen ya hablaremos de eso. Me interesa el Pumas y el Querétaro la semana que viene en la Copa Mx", dijo Jémez en entrevista a Efe.

En sus primeros días en México, los medios lo han tratado como si fuera un Mesías salvador llegado de Las Palmas de Gran Canaria al conjunto celeste para espantar la maldición de casi 20 años sin un campeonato de liga, pero el estratega se comporta como todo lo contrario, un humilde obrero del fútbol.

"El trabajo es la clave para todo el que quiera conseguir algo, las cosas no pasan porque sí, por mala suerte o algo, no creo en esas cosas", dice y toca un tema sensible porque amigos y enemigos del equipo Azul están convencidos de que si el equipo no tiene por lo menos dos cetros en este siglo ha sido por la mala fortuna.

A pesar de ser uno de los cuatro equipos grandes del fútbol mexicano, Cruz Azul no gana una liga desde 1997 y en los últimos cinco campeonatos ni siquiera llegó a la liguilla de los ocho mejores, lo cual tiene al equipo hundido en una crisis.

El tema ha tomado ribetes de leyenda y hay quien relaciona las derrotas con el más allá, como contó el cronista mexicano Carlos Barrón en su libro "Tiempo de compensación" en el que recogió testimonios de veladores y obreros de la casa celeste que juran haber visto en la cancha espíritus procedentes de un cementerio situado al lado del edificio del club.

Jémez tensa los músculos de su cara tapizada por una barba de dos días, escucha cuando le hablan del tema y sus pequeños ojos parecen sonreír. "Siempre he pensado que más peligrosos son los vivos que los muertos, me dan más miedo los vivos", afirma y el tono sobrio sugiere cambiar de asunto.

Dice que después de varias semanas en la ciudad de México apenas ha notado diferencias, se adaptó a la comida, agradeció el buen trato de la gente y sólo le ha costado acomodarse a la altitud sobre el mar, 2.240 metros.

"Me he encontrado cómodo desde el inicio, lo que sí me ha costado es dormir seis o siete horas seguidas, he sido incapaz de eso. Todo bien si quitas el tema de la diferencia de horario y la altitud; cuesta respirar, aquí parece que el oxígeno alimenta menos", revela.

Insiste en vivir el presente y hace recordar al personaje de la novelista estadounidense Carson McCuller que sentía vivir con unas anteojeras que no la dejaban mirar al lado ni hacia atrás.

"Intentamos no mirar atrás, miramos a un presente y queremos que nos lleve a buenos sitios. No podremos centrarnos en los comentarios porque cada uno tiene su opinión y tengo la mía: el trabajo es el mejor antídoto para todo", recalca.

Paco ganó la Copa del Rey de España con el Deportivo de la Coruña en la temporada 1994-1995 y con el Zaragoza en la 2000-2001, y tiene una Supercopa de España también con el Depor, logradas con la filosofía de no vender ilusiones.

"No me gusta prometer, me gusta trabajar, me gusta demostrar, conseguir las cosas por merecimientos propios porque no se adelanta nada prometiendo cosas que no tienes la seguridad de cumplir", dice y cambia el discurso manejado por anteriores estrategas del equipo que anticiparon maravillas y no se acercaron a ellas.