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Falcons- Seahawks

Así será el Falcons-Seahawks según las estadísticas

Si no fuera por la lesión de Earl Thomas, sería legítimo hablar de duelo entre el mejor ataque y la mejor defensa al referirnos a este Atlanta-Seattle en la cumbre.

SEATTLE, WA - OCTOBER 16: Quarterback Matt Ryan #2 of the Atlanta Falcons passes against the Seattle Seahawks at CenturyLink Field on October 16, 2016 in Seattle, Washington.   Jonathan Ferrey/Getty Images/AFP
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JONATHAN FERREYAFP

Nunca me han gustado las estadísticas de la NFL. Y casi nunca les he dado demasiada importancia más allá de la curiosidad, y de algún dato puntual que sí marca una tendencia, o da una idea de algo que sobre el campo se te haya podido escapar. No hace falta ver números para saber que el ataque terrestre de los Patriots está funcionando este año como un reloj, que los Chiefs roban balones como churros, o que los Seahawks no dan un respiro al quarterback rival.

Sí me gustan las estadísticas para confirmar sensaciones. Por ejemplo, Cuando Matt Ryan busca mucho a Julio Jones es que la cosa no funciona. Llevo tiempo pensando eso, para escribir este artículo me fui a las estadísticas a confirmar el asunto y voilá!, es cierto. Aunque también hay sensaciones que engañan. Y llevamos dos años pensando que los kickers fallan más field goals que nunca, y cuando vas a los números descubres que ‘nasti de plasti’. Las enchufan más que nunca los canallas.

Sin embargo, aquí os dejo la comparativa estadística de los rivales de cada duelo divisional. Para hacerla no me he metido en grandes webs sofisticadas. He usado NFL.com para los datos generales y footballoutsiders.com para los rankings, en los que aparecen cosas sorprendentes, como que el ataque terrestre de los Packers es el quinto mejor de toda la NFL, algo que, sinceramente, no soy capaz de explicar.

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El ataque de Atlanta en números es casi perfecto. En yardas y en puntos quita el hipo, es el que menos balones pierde y uno de los que más ventaja saca a la hora de robar balones. Seattle no puede decir lo mismo. Está en la media en casi todos os aspectos. Lo que los números no reflejan es cierta irregularidad en su juego. Partidos buenísimos y malísimos llevan a que al final unos y otros se compensen y dejen al equipo en mitad de tabla.

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Lo más increíble de las estadísticas de pase de Atlanta es que son uno de los equipos que menos pases lanza de toda la NFL, lo que puede parecer casi imposible. Pero es más sorprendente aún su eficacia en todos los demás aspectos. Ryan completa casi todo, gana en cada pase más yardas que nadie y es letal en la zona roja. No se puede hacer mejor el trabajo, que además es igual de eficaz en los momentos de máxima tensión cuando el partido llega al final igualado o hay que remontar. Seattle, como sucede en las estadísticas generales, mezcla actuaciones tremendas con otras muy pobres, y eso complica mucho hacer lecturas claras de los números. Lo único que queda clarísimo es que a Wilson se le llega con una facilidad pasmosa. 42 sacks son una barbaridad.

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Atlanta también da mucho miedo por tierra. Corre más de lo que parece, consigue muchísimas yardas por intento, también es letal en la red zone y protege el balón con mimo. Lo increíble del ataque global de Atlanta es que es igual de letal por tierra que por aire, y al final casi siempre logra imponerse porque eso lo convierte en indescifrable. Seattle ha tenido todo el año un débil ataque terrestre. La gran actuación de Rawls el fin de semana pasado parece desmentir los números, pero la realidad es que hasta hace unos días el corredor si se aproximó a las expectativas.

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El mismo desequilibrio que hay en ataque entre un equipo y otro, lo podemos ver en la defensa. Atlanta encaja yardas y puntos sin parar, mientras la defensa de Seattle sin duda sería la mejor de entre los ocho equipos clasificados… si no fuera por la lesión de Earl Thomas.

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Aquí está la clave del partido. Todas las estadísticas de la defensa de Seattle se consiguieron con Earl Thomas en el campo. Sin él, es complicado que consigan repetir esos números. Es un ejemplo claro del valor relativo de los números. Un gran ataque que pierde a su quarterback se encuentra en una encrucijada como la vivida por los Raiders sin Carr. Una secundaria que pierde al jugador capaz de estar en todas partes a la vez también puede sufrir para mantener su identidad. Contra Detroit no se notó tanto, pero si logran sobrevivir a Atlanta todo el mundo tendrá que echarse a temblar. Los Falcons, por su parte, se ven avasallados cada semana por ataques que intentan sobrevivir a su ataque entrando en un juego de fuegos artificiales. Eso perjudica sus estadísticas porque son el equipo contra el que más se pasa, y aunque consiguen limitar daños, sufren como perros desde que Trufant se lesionó.

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Los Falcons son igual de inoperantes contra la carrera que contra el pase. Lo bueno es que casi ningún rival les corre demasiado porque si estás con el agua al cuello te ves obligado a pasar, pero 4,5 yardas por intento son la prueba del algodón de un coladero. Seattle, por su parte, tiene el mismo front seven eficiente de siempre, rapidísimo en los movimientos laterales, contra el que es casi imposible correr el problema para ellos es que sus rivales tienen múltiples soluciones para resolver ese problema.