Un slackliner salva de morir ahogado en un telesilla a un esquiador
La víctima quedó enganchada al aparato con su mochila y suspendido a más de tres metros.
Nada hacía presagiar el pasado jueves día 5 de enero el increíble suceso que tuvo lugar en la estación norteamericana de Arapahoe Basin. Sus usuarios disfrutaban de un nuevo día en las pistas cuando un cúmulo de infortunios a punto estuvo de teñir de luto la jornada. Los gritos de alarma por parte de esquiadores rompieron la tranquilidad de un nuevo día de esquí en mitad de una más de las grandes nevadas que están azotando las montañas del estado de Colorado. Un hombre yacía inerte colgado de uno de los telesillas a más de tres metros de altura.
Al parecer, el esquiador se disponía a bajar del telesilla cuando su mochila quedó enganchada en la estructura de este. La mala suerte hizo el resto. El hombre accidentado se vio arrastrado por el telesilla —que al llegar al final del trayecto da la vuelta y sigue su marcha en el sentido contrario— sin que pudiese hacer nada antes de que la estructura empezase a coger de nuevo altura. Cuando perdió el apoyo de la loma que recepciona el telesilla, una de las correas de la mochila quedó enganchada a su cuello provocándole un ahogamiento que le dejó inconsciente en pocos segundos.
Alarmado por otros esquiadores y por los tres amigos del accidentado que subían en el telesilla posterior, el encargado de la instalación paró el funcionamiento de este y llamó a la asistencia de pistas. Sin embargo no había tiempo para esperar, el telesilla no contaba con marcha de retorno y cada minuto que pasaba era crucial. Los amigos de la victima y el encargado trataron de construir una pirámide humana para llegar hasta el cuerpo, pero los tres metros de altura y el gran espesor de nieve hicieron que pronto desestimasen esa opción. En este momento es precisamente cuando Mickey Wilson, uno de los tres amigos de la víctima que se estaba ahogando, toma una decisión que seguramente valió una vida.
Mickey decide volver a la loma del telesilla y escalar al cable para desde ahí descender sentado haciendo equilibrio sobre el cable de acero hasta alcanzar el telesilla donde se encontraba su amigo. Pese a los gritos de desaprobación por parte de algunos usuarios que veían como podía estar poniendo su vida en peligro, Wilson no perdió el tiempo y ejecutó su plan a la perfección. Aun así al llegar al telesilla trató de soltar la correa que estaba enganchada al telesilla de una patada sin éxito.
Por suerte, la patrulla de asistencia en pistas ya había llegado al lugar y en uno de sus componentes lanzó una navaja a Mickey que este agarró a la primera y le permitió cortar la cuerda que había desatado tanto infortunio. El cuerpo de la víctima cayó al suelo en parada cardiorespiratoria, pero el equipo de asistencia pudo reanimarlo allí mismo y actualmente se encuentra en un hospital recuperándose de las lesiones sin ninguna secuela permanente.
Un acto heroico más sensato de lo que puede parecer, ya que Mickey Wilson es un slackliner profesional —disciplina que consiste en realizar movimientos en equilibrio sobre una cinta enganchada entre dos puntos fijos— y pese a que se expuso a un peligro evidente sabía lo que hacía en todo momento, al fin y al cabo como él mismo ha comentado en alguna entrevista: ‘hago del equilibrio mi modo de vida’.