Las Palmas para salir de dudas (otra vez)
Simeone busca los cuartos y seguir recuperando sensaciones: no hay equipo que mejor enjuague sus penas que el de Setién.
Caía ayer la tarde en Madrid mientras las órdenes del Profe comenzaban a escucharse en el Calderón. Allí se entrenaba el Atlético. No es casualidad. El partido de Copa de esta noche ante Las Palmas será el primero del último año en pie del estadio. Y cuánto supone eso.
La eliminatoria, octavos, prácticamente quedó resuelta en Gran Canaria. Tampoco es casualidad: la mejor noticia para el Atleti últimamente ha sido enfrentarse a Las Palmas. Lo hizo en Liga, en el último partido en el Calderón de 2016, cuando ganar era necesidad, tras una victoria de cinco posibles y muchas sombras. Lo hizo en la Copa, en la ida de estos octavos, cuando ganar era confirmar que se había mejorado. Y venció, 0-2, con una versión sólida. No sirvió, sin embargo, para terminar de espantar todas esas sombras. El último partido en Ipurúa, el primero del año en LaLiga, tampoco.
Con todos los viejos principios del cholismo otra vez sobre el césped allí se ganó por balón parado y efectividad letal, se ganó pero se jugó mal. Ahora, tres días después de aquello, el Atleti está de nuevo ante Las Palmas: no hay equipo que este año mejor enjuague sus penas.
No parece además que Setién viaje con la creencia de que remontar es posible: piensa en LaLiga, en el Camp Nou exactamente, y reservará a casi todos sus titulares (léase Varas, Macedo, Mesa, Vicente o Boateng). El partido de hoy será, más bien, minutos para chavales y no habituales. Sin renunciar, eso sí, eso nunca, al estilo Setién de jugar bonito, de jugar bien, aunque cuando lo hace con su equipo B no le sale igual que con el A: le falta fondo de armario.
Simeone, mientras, hará algún cambio pero no demasiados. No es hombre de revoluciones, aunque se tengan las cosas casi ganadas, las eliminatorias encarriladas. Grizi, ayer en Zúrich, hoy estará pero podría quedarse en banco. Torres y Correa podrían ser la punta (Gameiro, baja por fiebre), atrás Giménez podría volver a su sitio, la defensa, Gaitán al once y Koke (¡ojalá!) al centro. Pero todo son suposiciones. Simeone ayer probó y terminó de encajar sus piezas para este partido protegido de miradas ajenas por los muros del Calderón, el viejo estadio: brindarle esta última Copa es el objetivo de todos los que ayer, al caer la tarde sobre Madrid, andaban sobre su césped.
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