Show Nadal: no sólo gana sino que se gusta ante Zverev

Nadal se tomaba su choque ante Mischa Zverev en octavos del ATP 250 de Brisbane como “una prueba”. Pues el examen no sólo lo aprobó, sino que el español se sintió tan cómodo como para ir a por nota. Porque si bien su rival se limitó a probarle con continuas subidas a la red, Rafa sacó la artillería, una variedad de recursos propios de sus mejores momentos, con los que no dejó opción a su rival y logró el pase a cuartos de final por la vía rápida: 6-1 y 6-1 en menos de una hora.

Una exhibición de su cada vez más sólida recuperación que desplegó desde el primer minuto. El drive, que soltaba como un látigo, le servía para profundizar en su juego, mientras ya pensaba soluciones ante las precipitadas subidas de Zverev. Y casi siempre acertó en las decisiones: si no era por la izquierda, era por la derecha y si no… globo preciso. La primera manga apenas duró 26 minutos. Rafa la cerró con el único recurso que aún no había mostrado, un ace, en un parcial donde acumuló 14 golpes ganadores (acabó con 29).

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En el segundo set no bajó el ritmo y enlazó el que era su séptimo juego consecutivo para ponerse 2-0 arriba en el marcador. Rafa se encontraba a gusto con el juego de su rival, que a esas alturas aún no había encontrado ni una grieta en el muro que tenía enfrente. Porque cuando desistió de presionar, ante el mal resultado que le estaba dando, el español, otra vez muy rápido de piernas, se imponía en los intercambios largos desde el fondo. El partido ya estaba decidido y se cerró con otro revelador 6-1.

Raonic, otro nivel

En cuartos, Nadal se encontrará con un contrincante de mucho mayor nivel. El canadiense Milos Raonic, número tres del mundo, se cruza con el español por una plaza en las semifinales. Aunque en la pasada exhibición de Abu Dhabi, el español ya fue capaz de derrotarle, ahora, en partido oficial, se presenta como un gran examen.