Curry (35) y Durant (30) tumban a los Trail Blazers a su antojo
Los Warriors (31-5 ya) apenas fuerzan la máquina para superar a unos Blazers sin Lillard y con un McCollum excelente en la primera parte.
El 17 de diciembre, con Damian Lillard, estos decepcionantes Blazers (15-22 ahora) perdieron 135-90 en su primera visita a Oakland. Antes, en los albores de la temporada, los Warriors les ganaron 104-127 en Oregón. Así que al menos se pueden dar por contentos de que, todavía sin el lesionado Lillard, bailaron alrededor de los Warriors durante casi todo el tercer duelo del curso entre ambos (125-117). Algo es algo para un equipo que está lejísimos (15-22) del lugar que le debería corresponder tras su excelente temporada pasada: fuera de la zona de playoffs, a la que se llega por un baratísimo octavo puesto que ahora ocupan los Kings, y con los rumores sobre posibles traspasos sanadores entrando en calor. Mala cosa…
Los Blazers hicieron lo que muchos rivales de los Warriors: ofrecerles una noche funcionarial y sin demasiado ruido de fondo para que estos no aprieten el acelerador. Y los Warriors, que están en esas desde el partido de Navidad y seguramente hasta dentro de once días (ahí enlazan la visita de los Cavaliers con el primer viaje de Durant a Oklahoma City), correspondieron con un partido de muy poca tensión, en el que solo jugaron bien a ratos porque no necesitaron más y en el que defendieron de forma todavía más selectiva: los Blazers anotaron 71 puntos en la primera parte (69-71) y 56 en la segunda. McCollum, alfa y omega sin Lillard, sumó 26 puntos al descanso y solo 2 en el tercer cuarto (35 totales). Y con Crabbe anotando y Aminu y Plumlee empujando, los Blazers se dieron al menos el gusto de mandar 63-71 en el último minuto de la primera parte. Pero todo el mundo conocía el desenlace que vendría. También ellos, seguramente.
Los Warriors anotaron 40 puntos en el primer cuarto (octavo parcial de al menos 40 en lo que va de temporada) y repartieron 31 asistencias (lo han hecho en 25 de sus 36 partidos: 31-5 ahora). Solo subieron de marchas cuando les hizo falta. Draymond Green cargó con la intendencia (9 puntos, 7 rebotes, 11 asistencias) y Pachulia le hizo el trabajo sucio cuando se cargó de faltas. El pívot anotó 13 puntos y lleva dos partidos seguidos en dobles cifras de anotación. El resto, muchos triples fallados por Klay Thompson (1/7, 14 puntos) y percusión selectiva de Kevin Durant (en los dos lados de la cancha: 30 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias, 3 tapones) y un Stephen Curry que esta vez dejó más luces que sombras. Y hay que aclarar que sus sombras serían las luces de casi todos los demás mortales. Pero es que se compara inevitablemente con su sobrehumana temporada pasada.
Curry terminó con 35 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias con matiz: fueron todas en la primera parte y también sumó 5 pérdidas. Anotó algunas canastas maravillosas y firmó un 5/13 de triples que mejora ligeramente sus últimas actuaciones. En Regular Season, los Warriors llevan 25 triunfos seguidos cuando el base alcanza los 30 puntos y esta fue solo la segunda vez en toda la temporada en la que él y KD acumularon esa cifra en el mismo encuentro (a 25, en cambio, han llegado los dos diez veces). Y los Warriors, en suma, ganaron muy fácil. Con mucha ligereza, sin poner los cinco sentidos y con la sensación de ahorrar claramente esfuerzos. Pero tienen ya tres derrotas menos que los Cavs, si es que al menos ambos se preocupan por el factor cancha en esas hipotéticas terceras Finales consecutivas que todos imaginamos. ¿Ellos también? Seguro que sí.