El desmoronamiento de la ACB
Pase que los partidos de la Selección de Baloncesto, incluida la femenina, se vean más que los de la ACB. También, las carreras de Motos. Y la Fórmula 1, aunque Alonso se retire, como sucedió en Montmeló. Y el Bádminton cuando juega Carolina Marín. Y los partidos de Nadal, pese a haberse encontrado en su peor año. Y los resúmenes del Dakar. Y el Tour. Y la Vuelta. Y la Gimnasia. Y el Balonmano. Pero hay un momento en el que hay que decir basta. Porque las audiencias de la ACB ya no pueden caer más bajas, según releva el audímetro del año. Después de todos estos deportes aparece la primera competición ACB. La final de Copa nada menos, su torneo estrella (1,5 millón de telespectadores). Hay excusa: es que hubo Juegos Olímpicos y la final de Copa fue Madrid-Gran Canaria. Ya.
Pero resulta que la ACB tiene al Madrid y al Barcelona, y esos apasionantes playoff, que son el no va más. Los dos equipos se vieron en la final y... Pues que el partido más visto tuvo 848.000 telespectadores. Vamos a la liga regular, esa competición que durante siete meses dirime qué seis equipos acompañan al Madrid y al Barcelona en los playoff. Valencia-Madrid fue el partido más visto (593.000 telespectadores). ¿Son muchos? Juzgue usted: menos que el Giro, menos que una carrera de Moto2, menos que una de Moto3, menos que el Fútbol-Sala... Ese es el interés que despierta la liga regular. Tampoco hay que irse tan lejos. Ayer perdió el Madrid en Vitoria. Hizo un partido lamentable, y ahora empata con el Barcelona en la cabeza, con ese Barcelona que está horroroso, y ¿qué pasa? Nada.