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La “Química” en los equipos de la Mayor League Baseball

Un equipo que no gane recibirá los “ataques” desde fuera, de periodistas a aficionados, eso hará que se busquen culpables, que algunos escurran el bulto.

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La “Química” en los equipos de la Mayor League Baseball
USA Today Sports

Si hubiéramos de buscar una definición de “química” en el deporte podríamos hablar de la buena relación entre los compañeros, de evitar roces, de llevar un equipo como una familia, de solucionar los problemas en casa y que todo eso se traslade a buenos resultados. Un equipo que no gane recibirá los “ataques” desde fuera, de periodistas a aficionados, eso hará que se busquen culpables, que algunos escurran el bulto, que otros se conviertan en “cabeza de turco” y que el ambiente cada vez sea peor, y eso afectará a la relación entre los jugadores. Cuando se gana todo es maravilloso, y cuando se pierde las relaciones dentro del club siempre empeoran, y empiezan a cortarse cabezas, en el béisbol primero caen los jugadores y finalmente el entrenador, ya que por el sistema de traspasos puedes mandar a los jugadores donde quieras, así ir capeando el temporal.

Los equipos ganadores siempre parecen hermanados, vemos a los Cubs celebrando su histórica victoria, todo es perfecto, maravilloso, pero después se va Chapman y nos cuenta que no estaba muy de acuerdo con Maddon, y dentro de unos años se escribirá algún libro sobre este equipo y veremos que durante la temporada pasaron sus crisis, sus malos momentos. El país de las maravillas sólo existe en el mundo de Alicia… Porque en el deporte únicamente se pregunta a los equipos ganadores, nadie pregunta a un equipo con más de cien derrotas que tal es la química del equipo, porque lo mínimo que puedes llevarte es una mirada asesina. Se podría decir que la “química” no existe, porque lo que hace que un equipo funcione son las victorias. Unos buenos resultados dan buenas relaciones, y unos malos resultados destrozan las relaciones entre los integrantes del equipo, pero, podríamos girar la tortilla: ¿una buena “química” hace que sea más fácil tener unos buenos resultados o los buenos resultados dan una buena “química”?

En las empresas todo el mundo trabaja mejor si todos se sienten valorados, van contentos al trabajo, están bien pagados… Y un equipo de béisbol también es una empresa, si todos están contentos es más fácil conseguir victorias, el negativismo nunca ha sido un buen compañero de viaje para el éxito. Pero, ¿podemos medir la buena relación entre los miembros de un equipo? ¿Cómo saber si existe buena “química”?

En la serie “Bilions”, una de las protagonistas es la psicóloga de una gran empresa, a ella acuden desde el director general a el último peón, para contarle sus problemas y como se sienten en el trabajo. Una de las opciones sería esta, incluir un psicólogo para dibujar el mapa de las relaciones entre los jugadores, ver como se sienten, que problemas tienen en el trabajo, fuera de este, en cualquier ámbito de la vida y cuando exista un conflicto intentar solucionarlo.

El problema que nos encontramos con esto es la sinceridad de los jugadores, muchas veces no quieren confesar sus auténticos problemas. En el libro “Ball Four” -libro imprescindible-, el autor, Jim Bouton, pitcher, nos cuenta un año de su vida en la MLB, sus pensamientos, sus ideas, como funciona todo este mundo. Entre muchas de las cosas que nos confiesa está cómo se siente ante los otros pitchers, desea que no jueguen tan bien como él, porque si en tu equipo hay mejores pitchers que tú te quedarás como el último mono, eso te relegará al ostracismo en el bullpen, eso te lleva a ser traspasado y a ganar menos dinero.

Así que hay una mezcla de sentimientos, entre querer que el equipo gane pero que tus compañeros no lo hagan bien, porque tú futuro depende de ti y de la calidad de los que te acompañan. Así que es complejo entrar a hablar con la psicóloga y contarle que quieres que el equipo gane, pero si la victoria te va a costar el puesto de trabajo, pues mejor que no todo funcione tan bien. Y como este ejemplo los que queráis: que el jugador que sube de triple A para sustituirte cuando estás lesionado no consiga ni un hit, que necesitas el dinero, debes jugar y el nuevo que han fichado lo pueden poner en tu lugar…

Aunque cuando un jugador encuentra su papel en el equipo, no ve peligrar su trabajo, sabe lo que tiene que hacer y cuando, se siente confiado, se siente feliz, con toda probabilidad sus sentimientos negativos hacia el resto del grupo disminuirán o desaparecerán. Un psicólogo que realizara evaluaciones del equipo podría ser una manera de medir la “química”, ver los puntos débiles e intentar mejorar la relación entre los jugadores, nada fácil, pero posible. Y eso, ¿nos daría un mejor rendimiento en el campo? En teoría si, en la práctica no tenemos datos para conocerlo.

Una de las críticas más comunes a la Sabermetrics es que esta no mide el valor de un jugador en el vestuario. Sabemos cuál es su rendimiento en el campo, pero no conocemos lo que mejora el equipo por ese intangible al que denominamos “química”. Esos jugadores que son líderes, que arrastran al equipo, que saben tratar a sus compañeros, que construyen la piña donde reposa el trasero del equipo. Que no será el mejor en el campo, pero que aporta “algo” que consigue que todo fluya y funcione mejor. Y, ¿cómo medir ese valor en los diferentes jugadores? Pues difícil, por no decir imposible. De momento hay muy poco escrito sobre el tema, y nada en concreto. Como leí en un artículo, “quién lo descubra se llevará el premio Nobel del Sabermetrics.”

Pero de momento no hay nada que nos diga que una mejor “química” en el equipo da un mejor rendimiento, lo que parece claro es que los triunfos mejoran la “química” de los equipos.