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Hoy, SinTocho

Pesadilla antes de Navidad: Los pronósticos de la semana 16

Esta semana no está DeTocho, y sin duda eso ya es una pesadilla, pero nos consolamos con un Steelers-Ravens que sabe a postemporada y huele a tragedia.

Nov 6, 2016; Baltimore, MD, USA; Baltimore Ravens wide receiver Mike Wallace (17) reacts after scoring a touchdown in the first quarter against the Pittsburgh Steelers at M&T Bank Stadium. Mandatory Credit: Evan Habeeb-USA TODAY Sports
Evan HabeebUSA Today Sports

Sí, lo sé, es desolador. Cada semana esperáis con impaciencia vuestra cita íntima con un tipo guapo y elegante como León, que os sopla al oído todos los secretos de la jornada, como quien abre un cofre lleno de tesoros. Y lo hace con puntería propia de James Bond, salpicando cada pronóstico con su ingenio mexicano con toques de humor inglés. Siempre como un Martini: mezclado, pero no agitado. Ginebra, vodka y Lillet en su medida justa, aunque a algunos se les suba a la cabeza y se agiten como Richard Sherman al beberlo, mientras piden la cabeza del periodista y celebran con hoces y guadañas el incendio en el molino. Pero hoy no está.

León, desolado, sepultado por la incomprensión del público al que se debe, ha tirado la toalla. “Mariano, no puedo más. Necesito un respiro como Gus Bradley”. Y yo le decía: “tranquilo, que no lo dicen en serio. En el fondo te quieren como a Hue Jackson, que seguirá siendo un fenómeno por muchos partidos que pierda”. Pero ni por esas. Así que decidimos que un par de días de vacaciones, suspirando por Moneypenny y por la victoria de Pittsburgh frente a Baltimore, serán suficientes para que vuelva como los Raiders, dispuesto a dar la campanada en playoffs después de tantos años sin comerse un rosco.

Entiendo que después de leer cada semana a un tipo como León, capaz de dar cortes increíbles y acelerones vertiginosos a lo Deke Elliott al analizar cada partido, será frustrante aguantar a un viejo que comete un fumble en cada pronóstico como Adrian Peterson, pero es lo que hay, y así tenéis la oportunidad de enfocar vuestra indignación y chanzas sobre un objetivo diferente. Que de vez en cuando no esta mal echar una canita al aire.

Baltimore (8-6) en Pittsburgh (9-5)

Señores, los playoffs han llegado a la NFL. Y directamente a la ronda divisional, que es la buena. Que si nos cogiéramos la melopea del siglo en Nochebuena, y tras despertar nos dijeran que hemos pasado tres semanas en el hospital, estamos a 14 de enero y nos espera un Steelers-Ravens, nos lo creeríamos sin rechistar.

Y por mucho que todo el mundo esté convencido de que los ‘Señores del Acero’ van a comer cuervo relleno por Navidad, el algodón no engaña. Los Steelers se ponen las botas cuando LeVeon Bell entra en resonancia y los Ravens tienen la mejor defensa contra la carrera de la NFL. Choque de trenes en toda regla. Que como la defensa morada se imponga…

Tampoco vamos a dudar de Big Ben, Antonio Brown y compañía. Y menos si enfrente está un Joe Flacco que cada vez se parece más a Eli Manning en su empeño de regalar puntos al rival a base de intercepciones, fumbles y caras de lelo. Sin embargo, y que alguien me lo explique, cuando este año los Steelers se han empecinado en ganar por el cielo, se las han visto y deseado para terminar sobreviviendo. Y los Ravens se están aficionando a robarles la cartera en el cruce de los tres ríos. ¿Os imagináis que la lía Mike Wallace?

Dicho esto, a ver quién es el valiente que apuesta porque LeVeon Bell se puede topar con su kriptonita. Steelers por 3.

Atlanta (9-5) en Carolina (6-8)

Hoy aprovecho que he usurpado este espacio a León, para gritar a los cuatro vientos que no, que Carr MVP ni en sueños, que Matt Ryan merece ser adorado con postración después de una mágica temporada. Pero para merecer ese premio (que al final le birlarán Zeke Elliott o Tom Brady) primero tendrá que superar dos pruebas dignas de Hércules: vencer al forzudo Kuechly y tirotear al pistolero Brees.

Para empezar, esta semana el ataque mágico de Atlanta tendrá que enfrentarse a los Panthers de verdad, y no ese engendro extraño de casi toda la temporada. Que son como esos niños que llegan a casa con los pantalones rotos y llenos de barro, y a los que espera su madre con la zapatilla en la mano y preguntando “¿dónde habéis estado?”

Pero creo que ni toda la magia recuperada de Cam Newton y Jonathan Stewart serán capaces de seguir el ritmo del ataque imaginativo de Shanahan, que intentará abusar de una secundaria que sigue huérfana de Josh Norman. Y más si, como parece, regresa Julio Jones. Atlanta por 5.

Detroit (9-5) en Dallas (12-2)

Estaba convencido de que los Lions no sobrevivirían al dedo de hacer peinetas de Matthew Stafford. Pero el quarterback ha terminado por hacernos una butifarra, aunque la semana pasada no fuera suficiente para derrotar a Giants.

Más allá del estado de un dedo incorrupto, los Lions saben que si no les pilla un toro, les pilla una vaca. Porque debéis saber que según estudios científicos muy serios, un león no tiene nada que hacer en un mano a mano contra un toro bravo, y más si se llama Zeke y es negro, bragado, astifino y le encanta enseñar el ombligo y esconderse en tinajas como si fueran burladeros. Cornada con siete trayectorias y dedicatoria de Prescott, Beasley, Witten, Williams, Bryant y algún otro que pueda pasarse por allí, por muy poco que se estén jugando.

Que desde aquí le deseamos lo mejor al equipo de Detroit, pero todos sabemos que su auténtica batalla será dentro de una semana, y sin querer ser cenizos, no hay ningún registro serio que documente que los leones hayan sido alguna vez capaces de alimentarse de queso. Cowboys por 6.

Y si los análisis de verdad han sido una pesadilla, no sé lo que puede pasar con los...

¡TurboPicks!

NY Giants (10-4) en Filadelfia (5-9): Salvo que ‘Leli’ se disfrace de Papá Noel, algo que por otro lado le encanta desde siempre, estos gigantes han crecido demasiado para que pueda con ellos una habichuela de Wentz. Giants por 8.

Miami (9-5) en Buffalo (7-7): Ni creo que Matt Moore pueda hacerlo dos semanas, ni que Rex Ryan se deje robar el trabajo en su casa por un rival divisional que no sean los Patriots. Bills por 3.

Tampa (8-6) en Nueva Orleans (6-8): A Brees le puedes mojar la pólvora una vez, pero si lo vuelves a intentar, te llena el cuerpo de plomo. Saints por 6.

NY Jets (4-10) en New England (12-2): Los Jets han anunciado a Petty como titular, así que terminará jugando Fitzmagic por algún misterioso sortilegio. Aunque jugar, lo que es jugar, seguramente solo jueguen las hordas de Tito Bill. Patriots por 10.

Tennessee (8-6) en Jacksonville (2-12): sospecho que Murray va a correr tanto que lo mismo en una de esas no es capaz de frenar a tiempo y termina dentro de la piscina. Titans por 7.

Minnesota (7-7) en Green Bay (8-6): En estas fechas navideñas, lo que los Vikings necesitan es consuelo. Y conociendo a Aaron Rodgers, les dará de todo menos eso. Packers por 8.

San Diego (5-9) en Cleveland (0-14): Esta vez sí, llegó la última oportunidad de que los Browns ganen un partido en 2016. Y no me extrañaría que estemos diciendo lo mismo un día como hoy en 2017. Chargers por 13

Washington (7-6-1) en Chicago (3-11): Querido Cousins, o haces esta semana algo que nos guste mucho a todos, o McCloughan te va a traer carbón cuando le pidas el nuevo contrato. Redskins por 6.

Indianapolis (7-7) en Oakland (11-3): Si quieres colapsar un agujero negro necesitas mucha suerte. Raiders por 2

Arizona (5-8-1) en Seattle (9-4-1): Todos los que marcaron este partido con rotulador rojo cuando salió el calendario pueden ir sacando el Tipp-Ex. Seahawks por 3.

San Francisco (1-13) en Los Angeles (4-10): Negaré ante mi abogado haber visto un solo minuto de ese esperpento. Es más, la NFL debería negar que alguna vez se haya celebrado. Rams por 2.

Denver (8-6) en Kansas City (10-4): La semana pasada fue Talib el que se encaró con Okung, pero no quiero saber lo que va a decirle Siemian a su línea ofensiva después de pasar tres horas en el circo romano con Justin Houston y Tamba Hali dándole mordiscos. Kansas City por 5.

Cincinnati (5-8-1) en Houston (8-6): Me imagino al staff de Houston buscando la salvación con Savage mientras miran con envidia a Dalton: “jugar con quarterback tiene que ser la leche”. Y lo mismo vuelve A.J. Green. Bengals por 3.

Y para terminar, mis más sinceras disculpas por perpetrar este engendro en su ausencia.

Sí, lo sé, es desolador. Cada semana esperáis con impaciencia vuestra cita íntima con un tipo guapo y elegante como León, que os sopla al oído todos los secretos de la jornada, como quien abre un cofre lleno de tesoros. Y lo hace con puntería propia de James Bond, salpicando cada pronóstico con su ingenio mexicano con toques de humor inglés. Siempre como un Martini: mezclado, pero no agitado. Ginebra, vodka y Lillet en su medida justa, aunque a algunos se les suba a la cabeza y se agiten como Richard Sherman al beberlo, mientras piden la cabeza del periodista y celebran con hoces y guadañas el incendio en el molino. Pero hoy no está.

León, desolado, sepultado por la incomprensión del público al que se debe, ha tirado la toalla. “Mariano, no puedo más. Necesito un respiro como Gus Bradley”. Y yo le decía: “tranquilo, que no lo dicen en serio. En el fondo te quieren como a Hue Jackson, que seguirá siendo un fenómeno por muchos partidos que pierda”. Pero ni por esas. Así que decidimos que un par de días de vacaciones, suspirando por Moneypenny y por la victoria de Pittsburgh frente a Baltimore, serán suficientes para que vuelva como los Raiders, dispuesto a dar la campanada en playoffs después de tantos años sin comerse un rosco.

Entiendo que después de leer cada semana a un tipo como León, capaz de dar cortes increíbles y acelerones vertiginosos a lo Deke Elliott al analizar cada partido, será frustrante aguantar a un viejo que comete un fumble en cada pronóstico como Adrian Peterson, pero es lo que hay, y así tenéis la oportunidad de enfocar vuestra indignación y chanzas sobre un objetivo diferente. Que de vez en cuando no esta mal echar una canita al aire.

Baltimore (8-6) en Pittsburgh (9-5)

Señores, los playoffs han llegado a la NFL. Y directamente a la ronda divisional, que es la buena. Que si nos cogiéramos la melopea del siglo en Nochebuena, y tras despertar nos dijeran que hemos pasado tres semanas en el hospital, estamos a 14 de enero y nos espera un Steelers-Ravens, nos lo creeríamos sin rechistar.

Y por mucho que todo el mundo esté convencido de que los ‘Señores del Acero’ van a comer cuervo relleno por Navidad, el algodón no engaña. Los Steelers se ponen las botas cuando LeVeon Bell entra en resonancia y los Ravens tienen la mejor defensa contra la carrera de la NFL. Choque de trenes en toda regla. Que como la defensa morada se imponga…

Tampoco vamos a dudar de Big Ben, Antonio Brown y compañía. Y menos si enfrente está un Joe Flacco que cada vez se parece más a Eli Manning en su empeño de regalar puntos al rival a base de intercepciones, fumbles y caras de lelo. Sin embargo, y que alguien me lo explique, cuando este año los Steelers se han empecinado en ganar por el cielo, se las han visto y deseado para terminar sobreviviendo. Y los Ravens se están aficionando a robarles la cartera en el cruce de los tres ríos. ¿Os imagináis que la lía Mike Wallace?

Dicho esto, a ver quién es el valiente que apuesta porque LeVeon Bell se puede topar con su kriptonita. Steelers por 3.

Atlanta (9-5) en Carolina (6-8)

Hoy aprovecho que he usurpado este espacio a León, para gritar a los cuatro vientos que no, que Carr MVP ni en sueños, que Matt Ryan merece ser adorado con postración después de una mágica temporada. Pero para merecer ese premio (que al final le birlarán Zeke Elliott o Tom Brady) primero tendrá que superar dos pruebas dignas de Hércules: vencer al forzudo Kuechly y tirotear al pistolero Brees.

Para empezar, esta semana el ataque mágico de Atlanta tendrá que enfrentarse a los Panthers de verdad, y no ese engendro extraño de casi toda la temporada. Que son como esos niños que llegan a casa con los pantalones rotos y llenos de barro, y a los que espera su madre con la zapatilla en la mano y preguntando “¿dónde habéis estado?”

Pero creo que ni con toda la magia recuperada de Cam Newton y Jonathan Stewart serán capaces de seguir el ritmo del ataque imaginativo de Shanahan, que intentará abusar de una secundaria que sigue huérfana de Josh Norman. Y más si, como parece, regresa Julio Jones. Atlanta por 5.

Detroit (9-5) en Dallas (12-2)

Estaba convencido de que los Lions no sobrevivirían al dedo de hacer peinetas de Matthew Stafford. Pero el quarterback ha terminado por hacernos una butifarra, aunque la semana pasada no fuera suficiente para derrotar a Giants.

Más allá del estado de un dedo incorrupto, los Lions saben que si no les pilla un toro, les pilla una vaca. Porque debéis saber que según estudios científicos muy serios, un león no tiene nada que hacer en un mano a mano contra un toro bravo, y más si se llama Zeke y es negro, bragado, astifino y le encanta enseñar el ombligo y esconderse en tinajas como si fueran burladeros. Cornada con siete trayectorias y dedicatoria de Prescott, Beasley, Witten, Williams, Bryant y algún otro que pueda pasarse por allí, por muy poco que se estén jugando.

Que desde aquí le deseamos lo mejor al equipo de Detroit, pero todos sabemos que su auténtica batalla será dentro de una semana, y sin querer ser cenizos, no hay ningún registro serio que documente que los leones hayan sido alguna vez capaces de alimentarse de queso. Cowboys por 6.

Y si los análisis de verdad han sido una pesadilla, no sé lo que puede pasar con los...

¡TurboPicks!

NY Giants (10-4) en Filadelfia (5-9): Salvo que ‘Leli’ se disfrace de Papá Noel, algo que por otro lado le encanta desde siempre, estos gigantes han crecido demasiado para que pueda con ellos una habichuela de Wentz. Giants por 8.

Miami (9-5) en Buffalo (7-7): Ni creo que Matt Moore pueda hacerlo dos semanas, ni que Rex Ryan se deje robar el trabajo en su casa por un rival divisional que no sean los Patriots. Bills por 3.

Tampa (8-6) en Nueva Orleans (6-8): A Brees le puedes mojar la pólvora una vez, pero si lo vuelves a intentar, te llena el cuerpo de plomo. Saints por 6.

NY Jets (4-10) en New England (12-2): Los Jets han anunciado a Petty como titular, así que terminará jugando Fitzmagic por algún misterioso sortilegio. Aunque jugar, lo que es jugar, seguramente solo jueguen las hordas de Tito Bill. Patriots por 10.

Tennessee (8-6) en Jacksonville (2-12): sospecho que Murray va a correr tanto que lo mismo en una de esas no es capaz de frenar a tiempo y termina dentro de la piscina. Titans por 7.

Minnesota (7-7) en Green Bay (8-6): En estas fechas navideñas, lo que los Vikings necesitan es consuelo. Y conociendo a Aaron Rodgers, les dará de todo menos eso. Packers por 8.

San Diego (5-9) en Cleveland (0-14): Esta vez sí, llegó la última oportunidad de que los Browns ganen un partido en 2016. Y no me extrañaría que estemos diciendo lo mismo un día como hoy en 2017. Chargers por 13

Washington (7-6-1) en Chicago (3-11): Querido Cousins, o haces esta semana algo que nos guste mucho a todos, o McCloughan te va a traer carbón cuando le pidas el nuevo contrato. Redskins por 6.

Indianapolis (7-7) en Oakland (11-3): Si quieres colapsar un agujero negro necesitas mucha suerte. Raiders por 2

Arizona (5-8-1) en Seattle (9-4-1): Todos los que marcaron este partido con rotulador rojo cuando salió el calendario pueden ir sacando el Tipp-Ex. Seahawks por 3.

San Francisco (1-13) en Los Angeles (4-10): Negaré ante mi abogado haber visto un solo minuto de ese esperpento. Es más, la NFL debería negar que alguna vez se haya celebrado. Rams por 2.

Denver (8-6) en Kansas City (10-4): La semana pasada fue Talib el que se encaró con Okung, pero no quiero saber lo que va a decirle Siemian a su línea ofensiva después de pasar tres horas en el circo romano con Justin Houston y Tamba Hali dándole mordiscos. Kansas City por 5.

Cincinnati (5-8-1) en Houston (8-6): Me imagino al staff de Houston buscando la salvación con Savage mientras miran con envidia a Dalton: “jugar con quarterback tiene que ser la leche”. Y lo mismo vuelve A.J. Green. Bengals por 3.

Y para terminar, mis más sinceras disculpas a León Felipe por perpetrar este engendro en su ausencia.