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FIORENTINA-NÁPOLES

Salcedo le mete el pie a la 'Fiore' y el Nápoles salvó un punto

La Fiore empató en dos ocasiones por medio de Bernardeschi. Salcedo cometió un penalti que permitió el empate napolitano.

Italia
Gabbiadini.
Gabbiadini.ALBERTO PIZZOLIAFP

Choque espectacular en Florencia, donde Fiorentina y Nápoles empataron a tres en un partido que se pareció más a un combate de boxeo, con emoción y vaivenes hasta el último segundo. En el Franchi, tras un comienzo igualado, Lorenzo Insigne se encargó de romper el equilibrio con una joya: el napolitano (en una jugada que empezó en ligera posición de fuera de juego) diseñó una rosca perfecta desde más de 20 metros, imparable para Tatarusanu. Antes del descanso, hubo polémica en el área azzurra por una simulación del amonestado Kalinic: Reina pidió la expulsión, pero, en cambio, vio una tarjeta amarilla por sus vehementes protestas.

La Viola, sin el lesionado Borja Valero y empujada por un gran Federico Chiesa ('97, hijo del histórico punta Enrico: promete mucho) puso las tablas al principio de la reanudación con un lanzamiento de falta de Bernardeschi, desviado en su portería por Callejón. A partir de entonces ambos contrincantes aumentaron su intensidad, no conformándose con el empate: Mertens firmó su octavo gol en tres partidos aprovechando un error garrafal de Tomovic en el 68', pero un minuto después un zurdazo del mismo Bernardeschi batió a Reina desde fuera del área.

El extremo viola puso la guinda al pastel de su gran partido en el 82', con una asistencia perfecta para el recién entrado Zarate, quien golpeó al primer toque su pase largo completando la remontada de los de Sousa. El Nápoles no se rindió, y recogió los frutos de su asedio en el último segundo: Salcedo paró con las malas al endemoniado Mertens en plena área, y Manolo Gabbiadini, con tranquilidad, se encargó del lanzamiento del penalti. No falló, marcando su segundo gol en esta Serie A: un tanto fundamental – quizás el último de azzurro para el punta, que en enero debería marcharse – que le entrega al rival del Madrid en la Champions el tercer puesto de la Serie A en solitario, con un punto de ventaja sobre el Lazio y dos sobre el Milán.