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Bills 33 - Browns 13

Los Bills siguen vivos tras ganar a unos Browns incapaces

Buffalo amaneció con la guillotina sobre la cabeza de su entrenador, Rex Ryan, pero el equipo de Cleveland está, en 2016, para resucitar muertos.

ORCHARD PARK, NY - DECEMBER 18: LeSean McCoy #25 of the Buffalo Bills breaks away from Christian Kirksey #58 of the Cleveland Browns during the first half at New Era Field on December 18, 2016 in Orchard Park, New York.   Brett Carlsen/Getty Images/AFP
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Brett CarlsenAFP

Amaneció Buffalo, en el día en el que los Cleveland Browns les rendían visita, con la sensación de que su entrenador, Rex Ryan, tiene los días contados. Es una sensación común los últimos domingos, plenos de filtraciones y rumores al respecto que, no os quepa duda, agua llevan. Pero es sencillo lanzarse a filtrar a los periodistas amigos que se va a despedir al histriónico entrenador en caso de derrota cuando lo que se tiene enfrente en el campo es el desesperado grupo que lleva un 0 en la columna de victorias.

Es así que los Bills siguen vivos en la pelea por los playoffs. Vivos, aunque sea con respiración asistida y opciones sólo en el mundo de la matemática y la estadística, que no en el mundo físico. Y es así que, supongo, Rex Ryan seguirá en el puesto una semana más, a la espera del ya inevitable final. Porque ganaron 33-13 a los Browns. Oh, épico.

La trama en sí tiene poco que contar. LeSean McCoy, reducido a unas miserables 27 yardas la semana pasada, se pegó el gustazo de irse a 153 yardas y dos touchdowns en 19 carreras. En 19 carreras, amigos. Porque lo que se le ponía delante era un grupo de once hombres desesperados, desesperanzados, sin opción alguna. El juego aéreo de los Bills, como es de esperar, dio poquito de sí y, la verdad, tampoco fue requerido en ningún momento.

En el otro lado del balón, Robert Girffin III tuvo un momento de epifanía al inicio del tercer cuarto, cuando el marcador aún estaba en distancia de legítima esperanza, y corrió y pasó como en sus mejores momentos. Fue un chispazo, una fugaz visión del sueño que suponía este jugador para los aficionados. Sirvió para que el mismo anotase, por tierra, un bello touchdown. Y, después, la nada. Como antes. Porque nadie puede hacer a este grupo funcionar de forma sostenible: no tienen talento suficiente como para competir en la NFL, y eso, que tardó cuatro o cinco semanas en ser del todo evidente, es ahora una verdad insoslayable.

Un par de datos rematan un partido que, de otra manera, nadie recordará. Uno es que McCoy ha conquistado su quinta temporada pasando de las 1000 yardas. Bien por él. Es uno de los mejores corredores de la NFL y, casi sin exagerar, el motivo por el que Buffalo tiene siete victorias con aún dos jornadas de temporada regular por disputarse.

El otro es que los Bills han roto un récord histórico de la franquicia al llegar a los 27 touchdowns de carrera en una temporada. Pues muy bien.

En el fondo, nada de todo lo anterior es sorprendente ni, y esto es lo más importante, cambia nada la temporada de todos los implicados: los Bills no irán a playoff, los Browns casi seguro acabarán 0-16 y Rex Ryan se irá a la calle.