Nuevo convenio: ¿Podrán seguir Curry y Durant en los Warriors?
¿Y cómo afectará a medio o largo plazo al big-three de Cleveland Cavaliers? Esa son algunas de las cuestiones claves del nuevo acuerdo. Final en vivo: Cavs vs Celtics, juego 7
Hay un nuevo convenio colectivo en camino en la NBA. Eso significa que no habrá lockout, el primer gran alivio para aficionados y maquinaria de la competición en general, pero también que se reescriben las reglas del juego, algo especialmente apasionante ahora que se debaten las bondades de los súper equipos y que la liga nada en el dinero de los nuevos contratos televisivos. Buenos tiempos: en 2011 (cuando el último lockout) se hablaba de pérdidas en dos tercios de las franquicias mientras que ahora (incluidos los 24.000 millones en nueve años de Disney y Turner) hasta trece están valoradas en más de 1.000 millones de dólares con un aumento de global de un 240%.
La decisiva figura del veteran designated player
En primer lugar, hay que revisar una nueva y determinante figura en el nuevo convenio colectivo: veteran designated player rule. Según ella, ciertos jugadores podrían firmar contratos máximos (vía extensión o tras pasar por la agencia libre) todavía más lucrativos que los actuales… siempre y cuando cumplan ciertos criterios:
-Si en la temporada inmediatamente anterior entran en uno de los tres All-NBA teams (mejores quintetos de la temporada) o son elegidos Defensor del Año o MVP.
-Si en dos de las tres temporadas anteriores han entrado en los All-NBA Teams o han sido Defensor del Año. O si han sido MVP en una de las tres temporadas anteriores.
-Y siempre y cuando juegue en el equipo que les drafteó o hayan sido traspasados a otro equipo cuando estaban cumpliendo todavía con su contrato rookie.
Los jugadores que entran en esta categoría, y que estén en un rango de experiencia en la NBA de 7 a 9 años, podrán optar al 35% real del salary cap anual. Los que tengan más de diez años de experiencia ya podían optar a esa 35% y los que están en seis o menos podían hasta ahora acogerse antes de firmar a la Derrick Rose rule (cinco años con un 30% del cap si ha sido dos veces titular en el All Star, una vez MVP o dos miembro de los All-NBA teams).
De esta forma hay seis jugadores que ahora mismo podrían entrar en esa zona del designated player: Stephen Curry, DeMarcus Cousins, Kawhi Leonard, Klay Thompson, DeAndre Jordan y Russell Wesbrook. Ahí entrarían también (si cumplen con las citadas condiciones de años de experiencia y equipo) los MVP, Defensor del Año e integrantes de los All-NBA Teams 2017. De esos seis, Stephen Curry (veremos su caso a continuación) es el único que será agente libre el próximo verano. El caso de Russell Westbrook es paradójico, ya que firmó una extensión de contrato con los Thunder que (salvo que negociara otra nueva extensión, cosa no muy probable) le saca de estas condiciones ya que acaba contrato en 2018 (vía player option), cuando habrá cumplido ya diez años en la NBA. Westbrook, de esta forma, perdió dinero ante las condiciones actuales a pesar de que experimentó una subida ya de por sí notable (esta temporada ha pasado de 17,8 a 26,5 millones y firmó para la próxima 28,5 y 30,6 de opción personal para la 2018-19).
El complicado puzzle de los Warriors
Si hay un equipo que está centrando todos los primeros análisis del nuevo marco, ese es Golden State Warriors. La rara avis, el super team con un big four nunca visto que hizo que se pidieran medidas en este nuevo convenio para controlar esa tendencia de las grandes estrellas a la concentración de talento en los grandes mercados. Y un equipo, asunto capital, al que le espera un verano complicado: Stephen Curry cierra en junio su actual contrato, ese chollo de proporciones históricas por el que cobra esta temporada 12,1 millones. Kevin Durant firmó en formato 1+1: cobra 26,5 y tiene una player option por 27,7 para la temporada 2017-18. Y acaban contrato Andre Iguodala y Shaun Livingston (además de Pachulia, Clark, Varejao, McGee, West…). A Klay Thompson le quedarán dos temporadas a razón de 17,8 y 18,9 millones y a Draymond Green, tres (16,4, 17,4 y 18,5).
Con el tope salarial en unos 102 millones de dólares para la próxima temporada y en 122 para la siguiente, y con las nuevas condiciones contractuales que propondrá el convenio colectivo, el puzzle exigirá ingeniería maestra y en todo caso un pellizco importante al impuesto de lujo para un equipo que prepara además el salto de Oakland a una de las zonas más lujosas de la lujosa San Francisco. ¿Se puede hacer? Sí. ¿Es difícil? Mucho. ¿Podrán seguir todos los principales de la plantilla? Podrían, pero… Esto es lo que es prácticamente seguro y lo que está en verdadera cuestión:
-Stephen Curry acaba contrato y desde luego se cobrará los intereses del tan comentado acuerdo que cierra en verano: cuatro años, 44 millones (firmado en octubre de 2012, cuando todavía no era una súper estrella y se dudaba del aguante de sus tobillos). Ahora mismo apenas se vislumbra opción (antes ya había pocas) de que el base deje los Warriors, el equipo con el que ha sido dos veces MVP, la última de forma unánime: según la explicada figura del designated player exception, en cuyos requisitos Curry encaja, los Warriors podrían ofrecerle 207 millones de dólares por cinco temporadas. El resto de equipos, 135 por cuatro. Más de 70 millones de diferencia y un proyecto deportivo ideal con un mediático traslado al corazón de San Francisco. Tienen que acontecer cataclismos para que Stephen Curry cambie de equipo.
-Pero, ¿y Kevin Durant? Aquí la situación se complica porque en las hipótesis más plausibles el alero tendría que dejar dinero encima de la mesa. ¿Por qué él y no Curry? Porque con Curry los Warriors tienen que hacer uso de sus bird rights (excepción salarial para jugadores que han estado tres años con un equipo) en todo caso con lo que la figura que afectaría realmente a su margen salarial sería la de Durant, de cuya decisión dependerá en gran parte que los de la Bahía puedan echar la red a través de los bird rights a Andre Iguodala y Shaun Livingston.
Durant firmó un contrato en formato 1+1 no para tener la opción de irse (no un año después de vivir semejante psicodrama tras su salida de OKC) sino para cumplir diez años en la NBA y entrar en el rango que le permitirá aspirar a un contrato máximo por el 35% del salary cap: serían 36 millones la próxima temporada (contra el cap: no hay bird rights en poder de los Warriors). Una opción más flexible sería que KD se acoja a la excepción de los non bird rights, que (el 120% de su actual contrato) le pondría en un rango de 31,8 millones, 4 menos que con el máximo. Esta sería una baza muy positiva para los Warriors ya que no interferiría en el nuevo contrato de Curry ni en esa posible continuidad vía bird rights de Iguodala y Livingston.
Pero si Kevin Durant, como es por otra parte probable, decide tomar el máximo la próxima temporada, cobraría esos 36 millones (en un contrato de unos 200) y dificultaría las cuentas de los Warriors, que se irían a más de 73 millones garantizados con 18,1 millones del nuevo contrato de Curry cargados sobre el cap y poco más de 5 millones de margen, además de los 4,2 de la mid level exception. En esta hipótesis, tanto Iguodala como Livingston tendrían que aceptar rebajas importantes a la vista de lo que el actual mercado podría ofrecerles.
Otra opción no demasiado probable pero que los Warriors no verían con malos ojos es que Durant se acoja a su player option (27,7 millones) y se mantenga en su actual contrato la próxima temporada. El alero esperaría al verano de 2018 para firmar su gran contrato a largo plazo aunque perdonaría 9 millones la próxima temporada con los que, eso sí, su equipo tendría algo más de margen de maniobra.
Hay una última opción, la que a priori nadie quiere en la Bahía: los Warriors traspasarían a una de sus otras dos grandes estrellas: Klay Thompson o Draymond Green. Los dos tienen contratos ahora mismo muy manejables (ante lo que ofrecen en lo deportivo) y desde luego tendrían muchísimos pretendientes y ofrecerían buenas posibilidades de reordenar su plantilla de otra manera, y en cualquier caso con todavía tres de los miembros del big four a bordo, a los Warriors, que sin embargo no piensan por ahora en nada que no sea mantener esa unión de ensueño: Curry-Durant-Klay-Green. La vía continuista no será fácil y necesitará de mucho tino con los pequeños contratos que completarán la plantilla, además de aportación de unos rookies y jugadores de segundo año que tomarán una importancia mucho mayor en las nuevas condiciones. Pero una cosa han dejado claro los Warriors en los últimos años, de los despachos a la pista: aquello que pretenden, (casi siempre) lo consiguen.
¿Y qué pasa con el big-three de los Cavaliers?
Los posibles problemas (o enredos, como mínimo) para los Cavaliers no deberían llegar tan a corto plazo como en el caso de los Warriors, con los que están construyendo una rivalidad de época en los últimos años. LeBron James cobrará 33,2 millones la próxima temporada y tiene una player option por 35,6 para la 2018-19. Kevin Love cobrará 22,6 y 24,1 las dos próximas y su opción de jugador es de 25,5 millones en la temporada 2019-20. Y Kyrie Irving (el único que buscaría su segunda gran extensión y podría acogerse a la designated veteran player exception) tiene contrato garantizado hasta esa temporada 2019-20, en la que cobrará 21,3 millones.
En el verano de 2018 llegará la gran decisión (dicho sin segundas) de LeBron James, que camino de los 34 años podrá firmar por cinco (para ir más allá de las 20 temporadas en la NBA) y unos 209 millones en función de los ajustes del salary cap: más de 40 millones al año. LeBron curiosamente (o no…) ha sido uno de los impulsores, desde su atalaya en la Asociación de Jugadores, del cambio de la over 36 rule, que pasa a ser over 38: este (y no 36) es el nuevo tope de edad para terminar un contrato máximo de cinco años. LeBron en principio no va a cambiar de aires después de la mística que le ha rodeado desde su regreso a Ohio. Serán los Cavs los que tendrán que decidir si esa es la inversión en dinero y tiempos (más de 200 millones, cinco años) por un jugador en la edad y la acumulación de minutos de ese LeBron 2018. A partir de ahí, se moverán el resto de piezas en Cleveland. Como siempre, a partir de LeBron James, alfa y omega.