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BARCELONA | CANARIO

"Para llegar a Di Stéfano, Messi tiene que comer muchas judías"

"Di Stéfano metía goles, defendía, atacaba... En los futbolistas actuales no se ve un jugador tan completo", aseguró Canario, exjugador del Madrid.

MéxicoActualizado a
"Para llegar a Di Stéfano, Messi tiene que comer muchas judías"
KARIM JAAFARAFP

El exjugador brasileño Darcy Silveira dos Santos, 'Canario', que fue extremo en los años sesenta del Real Madrid, Sevilla, Zaragoza y Mallorca, y coincidió con astros como el brasileño Pelé, asegura que Alfredo Di Stéfano fue "el mejor" jugador de la historia y que a Lionel Messi le falta para igualarle.

Conversador veloz y apasionado, con la memoria fresca a sus 82 años y títulos en su palmarés como la Copa de Europa (1960), la Intercontinental (1961), dos Ligas, tres Copas y una Copa de Ferias, 'Canario' recuerda como si fuera ayer cómo era el vestuario de aquel Real Madrid al que llegó desde el América de Río de Janeiro o el Zaragoza de los 'Cinco Magníficos', que le hizo 'maño' de adopción.

"Aquel Real Madrid era una maravilla, no quiero decir que éste no lo sea, pero en aquella época lo ganábamos todo, ganamos las Copas de Europa, hasta los amistosos. El equipo nada más salía del campo sabía lo que tenía que hacer: 'vamos a ganar, que es lo nuestro'", rememora el exjugador en una charla con EFE en Madrid.

El Madrid vino a ficharle al América tres meses después de hacerse con otro compatriota, Waldir Pereira 'Didí', el inventor de la 'folha seca' (forma de lanzar las faltas directas elevando el balón a gran altura para que cayera rápidamente, despistando al portero), pero que no cuajó por "problemas personales", en un Real Madrid que tenía como líder en el césped a Alfredo Di Stéfano.

"Di Stéfano era un ganador, aunque se jugara una peseta iba a muerte. Luego al terminar el partido era el primero en invitar a tomar una cerveza, pero al salir decía: 'Muchachos, a por ellos'. Chillaba, gritaba... Pero siempre ayudándote, no ofendiendo como mucha gente dice", asegura 'Canario'.

El extremo brasileño, que acudió a Madrid a la presentación del libro 'La historia del fútbol español contada por sus estrellas' (escrito por Zaira Ollé), hace gala de una gran memoria, pero no es capaz de fijar en el tiempo cuando comenzaron a llamarle 'Canario'.

"Pájaro", le llamaba Di Stéfano, santo y seña del madridismo fallecido en 2014, al que califica como "un gran amigo" y un "ganador nato" que mandaba en el vestuario y, para Canario, el "número uno".

"Coincidí con Pelé y Alfredo. Para mí, Alfredo era el número uno", sentencia el extremo brasileño, que no escatima en elogios para su excompañero.

"Di Stéfano metía goles, defendía, atacaba... En los futbolistas jóvenes actuales no se ve un jugador tan completo. Messi es un gran futbolista, pero para llegar a lo que fue Di Stéfano tiene que comer muchas judías todavía. Messi juega en un redondel de unos metros, Di Stéfano estaba arriba y abajo, corría, peleaba... Messi esto no lo hace", compara el brasileño.

Un pase de Canario a Di Stéfano abrió la cuenta de la que para muchos es la mejor final de una Copa de Europa de la historia: la de 1960 entre el Real Madrid y el Eintracht de Fráncfort alemán en el Hampden Park de Glasgow, donde los blancos consiguieron su quinto título consecutivo con un 7-3, gracias a tres goles del hispanoargentino y cuatro del húngaro Ferenc Puskas.

Aunque el alemán Richard Kress adelantó al conjunto teutón, nueve minutos después, el Real Madrid empataba. "Fue un pase mío a Di Stéfano -recuerda Canario-, después metimos todos seguidos y ya el partido estaba acabado prácticamente. Pero nos dieron mucho trabajo, los alemanes jugaban muy bien y eran un gran equipo".

Con el equipo blanco también conquistó una Intercontinental al Peñarol de Montevideo, con un empate 1-1 en Uruguay y una victoria 5-1 en el Santiago Bernabéu, un partido en el que no participó por estar lesionado.

"A nosotros como jugadores nos daba prestigio la Intercontinental. Ahora con el Mundial lo han cambiado todo, no me gusta, pero el fútbol está así y hay que admitirlo", reconoce.

El exfutbolista brasileño sigue atento al fútbol de hoy y siente nostalgia por aquellos tiempos en los que se atacaba con cuatro o cinco delanteros y los volantes también aportaban tantos.

"Ahora es muy difícil ver fútbol como en aquellos años, el Zaragoza en mis tiempos, ganamos una semifinal de la Copa 6-4 al Barcelona lloviendo, y no se marchaba nadie del campo. Hoy eso no se ve. Hoy se gana 1-0 o 2-0, se empata, serán las tácticas o lo que sea, pero no es el mismo fútbol", opina.

Canario se confiesa aburrido por el fútbol de "pase hacia atrás" simbolizado por el Barcelona y que dio un Mundial y dos Eurocopas a la selección española, y la nostalgia se apodera de su voz cuando se le menciona al Real Zaragoza.

Al conjunto maño llegó en 1963, tras salir del Real Madrid y pasar un año en el Sevilla. A la orilla del Ebro formó parte de la delantera de los 'Cinco Magníficos' junto con Eleuterio Santos, Marcelino Martínez, Juan Manuel Villa y Carlos Lapetra.

"Marcelino es un gran amigo mío y hablamos muy a menudo, Lapetra era como un hermano, murió muy pronto y le quería mucho a él y a su familia",apunta Canario sobre los componentes de aquel equipo que ganó a su llegada una Copa y una Copa de Ferias (antecedente de la actual Liga Europa) y añadió otra Copa dos temporadas después.

El extremo brasileño, afincado en Zaragoza desde entonces, donde sigue reuniéndose con los veteranos y sufriendo en La Romareda, siente "pena" por el actual tránsito del conjunto aragonés, que acumula cuatro temporadas en LaLiga 1/2/3 cuando hace poco más de una década era campeón de la Copa del Rey y la Supercopa.

"Después de lo que ha sido el Zaragoza y verlo hoy en día, da pena. Está mal que yo lo diga, pero tiene una plantilla mala. Voy a todos los partidos, sufro, y veo que no llega a ningún lado. La Segunda División no es nada buena, pero los demás equipos muerden y el Zaragoza no, así no se puede ganar", reconoce Canario.

El extremo brasileño mira con nostalgia la oportunidad perdida hace dos temporadas, cuando los maños perdieron la promoción de ascenso en la vuelta con Las Palmas por 2-0 después de llevar un 3-1 favorable de La Romareda. Afable, el extremo brasileño y maño de adopción seguirá esperando el regreso de su equipo a la élite.