W Deportes
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La cara divertida de la NFL

Richard Sherman se vistió del Grinch y robo la navidad a Goff

El cornerback de los Seattle Seahawks, le provocó una conmoción cerebral al QB rookie, además su maldad le llevó a gritarle a sus entrenadores.

Richard Sherman se vistió del Grinch y robo la navidad a Goff

Richard Sherman es uno de los personajes más influyentes y rocambolescos de la NFL. Su espectacular forma de jugar, sus pelos y su enorme bocaza le convierten en el enemigo número uno de todo aquel que no sea de Seattle. Sherman no sólo es un personaje, en el amplio sentido de la palabra, sino que además es un ser despreciable, que ama hacer el mal a otros y todo le viene desde su infancia en la NFL.

El defensive back llegó a la NFL en 2011 y enseguida demostró a los quarterbacks de la liga que era un jugador clave. Su manera de interceptar balones y retornarlos, así como su capacidad para anular a los receptores rivales gracias a su físico, inteligencia y el uso de trash-talk, hicieron de él un “niño prodigio” con el que nadie quería jugar. Se ha pasado la gran parte de su estancia en la NFL sin recibir a penas pases en su zona, ya que su único objetivo era robar la posesión y golpear a los rivales.

Su impacto en el juego fue decayendo, ya que aparece menos porque le evitan. La semana pasada se le pudo ver hablando con Aaron Rodgers diciéndole algo así como: ¿Para cuándo vas a enviar un pase a mi zona? Y la respuesta del genial quarterback fue: En cualquier momento. Pero nunca ocurrió. Pobre Sherman nadie quiere jugar con él.

Eso sí. En el inconsciente colectivo se ha granjeado la imagen de un bocazas, con pelos raros que busca llamar la atención porque nadie le quiere. Si encima de todo esto me los visten de verde, para que queremos más. La NFL ha creado a su propio Grinch.

Todo el mundo sabe que lo que más le gusta al Grinch es hacer el mal a otros y robar la navidad. Los niños le temen y él se encarga, de vez en cuando,  de recordarles que está ahí, esperando su ocasión…

Y la ocasión llegó. En un partido intrascendente, por lo abultado de la diferencia en el marcador, Richard “Grinch” Sherman decidió actuar y robarle la navidad al pobre Jared Goff, quarterback novato de Los Angeles Rams. Goff se dirigía feliz con el balón en las manos a la zona de anotación, cuando de repente y sin mediar palabra, raro en él, Sherman le “regaló” esto:

Jared Goff sufre una conmoción fuerte y no se sabe cómo estará para la semana que viene, es decir, si podrá estar en condiciones para celebrar la Navidad. Un año más el Grinch ha logrado su objetivo hablamos de él, se siente importante, sigue haciendo el mal y está la mar de contento: