Javier Aguirre: "El América va a dar mucha guerra al Madrid"

América-Tigres en vivo

-¿Cómo está viviendo su experiencia en Abu Dhabi?

-Es eso, una experiencia. Algo nuevo en mi vida a nivel personal y profesional. No tiene nada que ver con el fútbol español. Es una Liga joven y tiene mucho margen de mejora. Hay que volver a lo básico, mejorar cosas que antes dabas por sentado. Pero no me arrepiento. Abu Dhabi es una metrópoli, una gran ciudad con toda la oferta gastronómica y cultural, y se vive bien.

-¿Usted se formó en el América?

-Estuve nueve años en la cantera.

-¿Cómo era aquel equipo en el que debutó?

-El América, junto con el Guadalajara, son las dos entidades que tienen más títulos y proyección internacional. Y mucha pasta. Son poderosos económicamente. Yo jugué en los dos. Pero aquel América de principios de los 80 era muy fuerte. Ganamos un título de Liga con 15 o 18 canteranos. Yo salí después de haber ganado cuatro campeonatos consecutivos.

-¿Había algún jugador conocido?

-En esa época, salvo Hugo, ningún jugador tenía proyección internacional. Estábamos en una zona de confort. Hugo sí peleó siempre por salir y jugó un Mundial muy joven. Y, con todo, fue un poco a prueba al Atlético de Madrid, condicionado a una opción de compra, aunque tenía mucha calidad. Pero a nivel local sí era un equipo muy fuerte.

-¿Usted qué tipo de centrocampista era?

-Yo empecé de delantero centro. El América me encontró en una liga de la calle, de barrio. Y debuté como delantero centro. Después me cedieron un año a Estados Unidos, en el Aztecas de Los Ángeles, y fui entrenado por Rinus Michels, y él me puso por la izquierda.

-¡Con Rinus Michels!

-Sí, en aquella Liga estaba Cruyff, Beckenbauer, con Carlos Alberto, Muller… Jugué contra George Best.

-¡Vaya!

-Cuando volví a México empecé a jugar de volante en un 4-3-3. Y terminé mi carrera jugando de central. De punta a punta.

-¿Qué aprendió de Rinus Michels?

-Hombre, lo tuve a él y a Menotti en la selección. Uno fue campeón del mundo y otro subcampeón. De todos aprendí mucho. De Rinus la variedad de movimientos, la versatilidad de un jugador, el no estar estático en ningún momento. De Menotti aprendes el concepto y la filosofía de ataque, la tenencia de la pelota, toda esta escuela que se desarrolló en Sudamérica del buen trato del balón, de las buenas maneras. Tuve a Bora Milutinovic, que entrenó en cinco Mundiales… Tuve buenos maestros.

-¿En qué momento está ahora el Club América?

-En muy buen momento. Llega bien. Fuerte y motivado. Cambió de técnico. El anterior estuvo de ayudante mío seis años, y le echaron a media temporada. Y lo cogió Ricardo La Volpe, que lleva muchos años en México, y llegaron a la final del campeonato. Va a dar guerra, seguro.

-¿Qué tipo de entrenador es La Volpe?

-Uno de la escuela de Menotti. Él fue tercer portero en el Mundial del 78 en el que Argentina fue campeón.

-¿Juega al ataque?

-Aprendió de Menotti y le gusta ese fútbol de sacar la pelota desde atrás, de ocupar bien los espacios. No salir a defenderse y guardar el resultado. Fue técnico mío en el Chivas, por eso hablo desde la experiencia. Trabaja mucho la táctica, los movimientos ofensivos. Es un técnico atractivo para ver sus equipos. Luego, como en todo en la vida, hay que buscar el equilibrio. A veces se le criticó que era demasiado ofensivo. Pero la realidad es que desde que cogió al América no ha perdido.

-¿Juega con tres centrales?

-Le gustaba la línea de cinco, pero en el América no lo ha hecho mucho.

-¿De qué jugador debemos estar pendientes?

-El ataque del América es muy importante. El delantero centro, Peralta, fue medalla de oro en los Juegos de Londres. Es un gran goleador mexicano. Y tiene extranjeros de buen nivel, pero a nivel local, no internacional.

-¿Cómo está el fútbol mexicano con respecto al que se juega en América?

-En cuanto a organización, salarios e infraestructuras está solamente por detrás de Brasil. Está, ahora, mejor que el argentino, en cuanto a estadios y todo… Yo creo que es la segunda Liga de América y está entre las diez mejores del mundo. No hablo de la selección, sino de la Liga, está en el top ten del mundo.

-¿Qué sabor de boca le dejó su etapa en Japón?

-Buenísimo. Fue una extraordinaria experiencia. Trabajé de maravilla con más de 20 jugadores en Europa. Todo muy organizado, estructurado…

-Hombre, para eso el japonés…

-No hay nadie como el japonés. Son gente admirable, trabajadora, gente buena… El problema con aquel fútbol, a mi juicio, es la distancia geográfica con las grandes Ligas. Está un poco aislado, pero tienen todo para ser una potencia internacional. Sucede que es un deporte joven en Japón, está por detrás del béisbol y sumo, pero lo pasé muy bien.

-¿Cómo vivió su salida?

-Fue por lo del Zaragoza-Levante, un partido en 2011 en el que nos involucraron a todos… A alguien se le ocurrió que ese partido tenía algún problema y hay un juicio abierto, y ahí estamos. Desde que salí de Japón, aparentemente por ese motivo, sólo invertí 15 minutos de mi vida a hablar con el juez para decirle mi experiencia de ese día.

-¿Se tuvo que marchar por eso?

-Es cierto que la Copa de Asia no nos había ido muy buen pero estaban contentos con mi trabajo. Ellos, por su cultura y su forma de ser, sentían que era lo correcto. Yo sigo trabajando, como Gabi en el Atlético, Ander Herrera en el United o Iborra… Todos los que jugamos aquel partido seguimos trabajando. Pero cada cultura es como es y yo lo respeto.

-¿Le dijeron abiertamente que era por eso?

-Sí, sí… Daba la sensación de que no querían que tuviera otras distracciones que la selección. No querían viajes a España permanentes ni distracciones, algo que no ha sucedido. Pero la decisión era legítima. Y vienen a Emiratos teniendo ofertas de España, Turquía, Grecia o China.

-¿No echa de menos la tensión de la máxima competición?

-Es buena pregunta. Estuve en dos Mundiales, 12 años en máxima tensión. Estos dos años me han servido para reposar, estar tranquilo, pero extraño aquello. Me atrae buscar otros horizontes. Termino en junio esperemos a ver qué sale.