El Madrid pierde por un tiro libre; Ayón hizo 12 puntos
Llull falló el tiro ganador a cuatro segundos de la bocina y los árbitros pitaron personal a Carroll tras el rebote de Nunnally, que no falló desde la línea. Randolph, 13 puntos al final.
En las diez jornadas que van de la Euroliga, el Madrid ha visitado ya a los dos últimos finalistas, que vuelven a ser los dos grandes favoritos. En Moscú perdió por un punto (91-90), en Estambul volvió a ceder por la mínima (78-77). Un último cuarto majestuoso de Anthony Randolph (13 puntos de sus 16 puntos entonces, 2 de 2 de dos y 4 de 4 de tres) puso a los de Laso en la senda del triunfo. Luego cometió una técnica infantil que emborronó algo su tarjeta. Ya en el último minuto, Llull adelantó al Real (75-77) y el ‘pequeñín’ Dixon igualó en penetración valiente y eficaz. Quedaban 16 segundos. Bola blanca. Llull aguantó, dribló y ganó espacio con un quiebro para un tiro cómodo de cinco metros a cuatro segundos de la bocina. Falló. No era su día en el tiro (0 de 6) y Nunnally atrapó el rebote. La prórroga parecía cantada, pero Carroll presionó como ímpetu y los árbitros le pitaron personal: un segundo y siete décimas. Nunnally, ex jugador del Estudiantes, embocó el primero y tiró el segundo a fallar. Ganaron los de Obradovic.
La primera parte fue un choque de búfalos. El Madrid ataque bien, pero le faltaba tacto bajo el aro o cerca de él. Lo vimos en Ayón, Maciulis incluso en Carroll tras las primeras rotaciones. En las filas turcas, el exestudiantil Nunnally guiaba la ofensiva (9 puntos sin fallo en el primer cuarto). Obradovic apostaba por uno de sus quintetos más poderosos en lo físico. Con Vesely y Udoh por dentro, más Kalinic de alero y Nunnally de escolta. Para el ‘dos’ y el ‘tres’ Laso tiraba de Doncic y Maciulis. Los acompañantes de Llull.
El Real perdió el control y la fluidez cuando Doncic se quedó al timón. Ralentizó las acciones y se alejó del aro. El Fenerbahçe subió líneas y apretó, ahí llegaron sus mejores momentos: 30-23. Ante la falta de fluidez, volvía Llull, aunque antes Rudy ya empezaba a cambiar la dinámica con una lectura perfecta de los espacios. Primero asistencia para Ayón y luego una detrás de otra para Hunter, que al descanso sumaba 12 tantos (6 de 8). Cinco pases de canasta firmaba entonces el alero y otros cinco Llull. Hunter se forraba en las continuaciones, aprovechando los huecos de esa presión en la primera línea de pase. La defensa hacía el resto. Laso recuperaba su afilada defensa zonal para presionar la subida de balón, y en punta sobre Sloukas (gran entrada en escena del discípulo de Spanoulis) se colocaba Randolph. Funcionó. El Fenerbahçe se cortocircuitó. Apenas un rato, el suficiente para que el Madrid tomara el control: 39-40 y más tarde 44-47.
De ahí al final el duelo se movió en el alambre. No hubo ganador hasta la última décima.