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Fútbol

Canciller de Brasil agradece a Colombia por homenaje a Chape

José Serra, dio un conmovedor discurso durante homenaje al Chapecoense en el estadio Atanasio Girardot de Medellín. Miles de personas se vistieron de blanco en honor a las víctimas.

MéxicoActualizado a
José Serra, canciller de Brasil.
Mauricio Dueñas CastañedaEFE

Este miércoles el Atanasio Girardot y las calles de Medellín se vistieron de blanco para demostrar que el dolor producto de los caprichos del destino mueve el corazón y hace recordar lo que verdaderamente importa. Desde las tribunas, los cantos no fueron para Nacional sino para Chapecoense. Un himno a la solidaridad, ese sentimiento que permite seguir respirando cuando el alma está destrozada.

En retorno, la gratitud de un pueblo que reconoce el valor de la empatía de todos los colombianos que también lloraron la tragedia. Un partido de fútbol en busca de la gloria deportiva fue reemplazado por un acto de amor. Homenaje a los que ya no están y a los que quedaron en medio del dolor. Las palabras del Ministro de Relaciones Exteriores, José Serra, son una muestra clara de que la fragilidad de la existencia también crea lazos eternos.

"Muchas gracias Colombia. De corazón, muchísimas gracias.

En estos momentos de gran tristeza las expresiones de solidaridad que aquí encontramos nos ofrecen un grado de consuelo inmenso. Una luz en la oscuridad cuando todos estamos intentando comprender lo incomprensible. Los brasileños no olvidaremos jamás la forma como los colombianos sintieron como suyo el terrible desastre que interrumpió el sueño de ese heroico equipo de Chapecoense. Una especie de cuento de hadas con final de tragedia.

Así como nunca olvidaremos la actitud de Atlético Nacional y de todos sus hinchas que pidieron que se concediera el título campeón de la Copa Sudamericana a Chapeconense. Un gesto que honra al deporte y a esta ciudad de Medellín y que hace aún más grande a los verdolagas.

Tras lo ocurrido en esta fatídica noche del 28, Brasil despertó perplejo ante la dura realidad de una fiesta que no hubo, ante la expectativa frustrada de un partido histórico para Chapecó que ya no se podrá realizar, para el dolor inmenso de la pérdida. Pero quizás no sea una casualidad que los colores de Chapecoense y Nacional sean verde y blanco: esperanza y paz.

Más allá de la tragedia, las innumerables expresiones de cariño son testigo de la importancia de la nobleza del deporte como catalizador de los mejores sentimientos humanos, como arma para combatir la intolerancia, como instrumento para construir un mundo mejor.

Muchas gracias Colombia, muchas gracias Medellín, muchas gracias a toda la gente que está acá. Es una emoción muy grande escuchar este himno que ustedes compusieron para estos brasileros.

En toda mi vida no he sentido una emoción semejante".