Colin Kaepernick indigna a Miami con su opinión sobre Fidel Castro
El quarterback de los San Francisco 49ers puso en su contra a toda la afición de los Dolphins, y a su jugador Kiko Alonso en particular, por su ambigüedad.
El asunto se convirtió en una tormenta. No sólo sobre la figura del jugador en sí, algo que pasó rápido de los titulares a los pies de página, sino sobre la libertad de los deportistas para expresar sus ideas, algo que nadie le negó, y, por último y más importante, sobre la posible opresión en sí, en plena movilización de parte de la comunidad afroamericana contra la policía del país tras varios asesinatos de los primeros a manos de los segundos grabados en vídeo.
Cuando Kaepernick salió a rueda de prensa, como obliga la NFL, fue preguntado por su gesto y su ideología. En la primera ocasión que tuvo de explicarse lo hizo con una camiseta puesta de una reunión entre Malcolm X y Fidel Castro. Hubo revuelo, hubo quien le llamó la atención, pero la historia fue perdiendo fuerza convirtiendo su gesto, mudado en ponerse de rodillas por petición expresa de un ex-militar norteamericano, en rutina semanal.
Hubo un lugar donde, no obstante, la camiseta traspasó la línea de la provocación para convertirse en ofensa. Miami, por supuesto. La pequeña Habana. El lugar donde los exiliados cubanos se han congregado en gran número. Y esta semana San Francisco jugaba contra los Dolphins.
Armando Salguero es uno de los periodistas más conocidos de la ciudad de Florida. Es poco menos que la voz de los Dolphins en el Miami Herald. Y, además, es un expatriado de Cuba. Cuando era un niño sus padres decidieron que no querían que el futuro de su crío fuesen las cadenas y la opresión. Trataron de irse de la isla, ya bajo el mandato de Fidel Castro, y pasaron las de Caín. En el último momento, incluso, y sin explicación alguna, el padre de Armando se vio obligado a quedarse tres años más en Cuba, contra su voluntad, con tal de poder sacar del país a su mujer y su hijo. Salguero recuerda, con terror, el momento en que les encañonaron en el aeropuerto.
No, a Armando Salguero no se le olvidó la camiseta de Kaepernick.
El jueves, en una videoconferencia con periodistas, Salguero inquirió a Kaepernick al respecto. Éste le dijo que a quien defendía era a Malcolm X, y a todos aquellos que luchaban contra la opresión. El periodista le preguntó explícitamente por Castro, "un opresor, un dictador, un asesino" y le plantó delante de su propia contradicción, a lo que el jugador respondió con evasivas, diciendo que no defendía a Fidel pero que había hecho cosas buenas, como ocuparse de la salud y la educación infantil de todos en la isla.
Eso fue tras numerosas respuestas poco concretas y generalistas, así que Salguero fue muy duro con él, haciéndole ver que todos los dictadores podrían presumir de logros en sus mandatos, como Mussolini presumía de que los trenes llegaban a su hora en la Italia que pisoteó. Y remató su opinión llamando a Kaepernick "hipócrita impenitente" por no luchar contra la opresión sino por estar, en el mejor de los casos, completamente perdido sobre lo que significa el término.
Fidel Castro falleció el viernes. Y en Miami hubo fiesta.
El domingo Kaepernick jugó en el estadio de los Dolphins, y las pitadas que se llevó fueron de las que hacen época. En las gradas había gente que nació en Cuba, que vivió en Cuba, que huyó de Cuba, que dejó familiares en Cuba.
Y en el campo estaba Kiko Alonso.
Alonso es un linebacker de Miami que nació en Newton, Massachusetts, pero su padre Carlos sí que nació en la isla. Y huyó. Carlos Alonso le contó a Salguero: "Kaepernick no tiene ni idea de que clase de asesino sin escrúpulos era Fidel. ¿Cómo la va a tener? Nació en Wisconsin, pero yo nací en La Habana..."
Para Kiko el partido fue algo personal. No dudó en reconocerlo tras el mismo. En el campo tampoco dejó dudas: consiguió un sack sobre el QB de los 49ers en la jugada que selló el triunfo de su equipo, le interceptó otra vez y recuperó un fumble. Tras finalizar su trabajo se apresuró a poner una foto en Instagram de su golpe a Kaepernick con un "Vamos coño" como texto y un hashtag nada evasivo: #cubalibre.
Kaepernick en rueda de prensa posterior aseguró que se habían sacado sus palabras de contexto, que no defendía lo que había hecho y sido Fidel Castro, que no estaba a favor de ninguna opresión. Será. Pero para algunos expatriados cubanos y disidentes del régimen castrista llega tarde, ya que en el partido de ayer tuvieron la ocasión de recordarle lo que significó para ellos el dictador y lo que significa que alguien trate de matizar sus actos.