Zidane ganó a Simeone con dos puñales: Lucas Vázquez e Isco

Hay datos definitivos: sobre el minuto 20, el Madrid llegaba a un 82% de posesión de balón, después de mantener una media en torno al 68%. Zidane había dado el zarpazo a Simeone con Lucas Vázquez e Isco, recortando la esperada agresividad táctica del tándem Gabi-Koke. El Atlético empezó presionando, sí. Pero también el Madrid con un 4-4-2 muy trabajador, en el que Isco maravillaba y Lucas Vázquez mortificaba a Filipe Luis. El líder no se arrugó, sino al revés: se fue a por el rival, invadiéndolo poco a poco, apoyado en triunfos zonales, secando a Carrasco, borrando del mapa a un Torres inocuo, haciendo desaparecer a Griezmann...

Zidane dejó en el banquillo a Benzema, consciente de que la carta ganadora estaba en el centro del campo. Y esta vez el Atlético no se impuso (otras veces, sí) ni en número ni en actitud. La estadística habla otra vez: Isco y Lucas Vázquez recuperaron 12 balones; Gabi y Koke se quedaron en diez mientras que jugaron juntos. Pero hay más: la pareja madridista erró apenas 15 balones; la rojiblanca estaba en 22 cuando Gabi se fue al banco.

Simeone y su sistema sólo vio la luz en el arranque tras el descanso: 71% de posesión y un paso adelante de esa línea de empuje. El Madrid pareció encogerse. Entonces llegó el penalti de Savic, el 0-2 y adiós al espejismo local. De nuevo los volantes madridistas, apoyados por Kovacic y Modric y prolongados por Cristiano y Bale, se hicieron con el mando.

Simeone hizo un doble cambio que se sumó a su factura: quitó a Gabi y Torres. Más campo para el Madrid, más comodidad para Isco que de un patadón largo creó el contragolpe del tercero, culminado por Cristiano. El esperado efecto de Correa y Gameiro quedó anulado, diluido. Mal día para el entrenador rojiblanco que perdió el pulso con Zidane. Fue el éxito de las decisiones lógicas.

Colapso local. Triunfo de la medular blanca. Por fuera y por dentro. Naufragio de Koke y Gabi, pero también de Torres. Simeone lo planteó mal.

Contragolpe letal. Con el Atlético roto, echado adelante, Bale y Cristiano sellaron el mal día del sistema de contención rojiblanco con el 0-3.