Los fantasmas del 24-1, la mano de Green y los puntos de Klay y Durant: los Warriors sobreviven
Tensión, final igualado y muchos errores en los dos bandos. Pudo ganar cualquiera. Antetokounmpo y Parker, cerca de repetir machada.
Puede que fuera una fecha señalada en el calendario para muchos de los miembros de los Golden State Warriors. Mismo partido la noche anterior (mucho menos duro que el de 2015 y aquellas dos prórrogas para ganar en el Garden), mismo viaje, seguramente mismo hotel y, claro, mismo escenario. Hace poco menos de un año (12 de diciembre de 2015), el Bradley Center de Milwaukee fue testigo dela primera derrota de los Warriors 15-16, un equipo que llegaba a Wisconsin con 24 victorias y ninguna derrota (nuevo récord para empezar una temporada), 28 triunfos consecutivos en temporada regular y el tanque de gasolina vacío. Un equipo que acabó consiguiendo la mejor marca de la historia en una campaña (el famoso 73-9), que desperdició un 3-1 en las finales ante los Cavaliers y que, tras un buen lavado de cara veraniego (¡Durant!), se encontró ayer con todos y cada uno de los fantasmas del 24-1.
"Los chicos lucharon durante 48 minutos", dijo un Jason Kidd satisfecho tras el partido. Y no es para menos: sus Bucks no ganaron de milagro... Con los Warriors 11 arriba a falta de cinco minutos y medio, los locales cerraron filas, subieron el nivel de intensidad (qué largos son) y solo permitieron dos canastas más del equipo con más talento ofensivo de toda la NBA. Dos canastas en más de cinco minutos y medio ante estos Warriors es para estar más que orgulloso. Falló la ejecución...
Con 2:30 por jugar se acabaron las canastas. Giannis Antetokounmpo, que el año pasado consiguió el primer triple-doble de su joven carrera en aquella famosa victoria, se fue hasta los 30 puntos, capturó cinco rebotes, repartió seis asistencias, puso un tapón clave en los últimos compases y falló un mate bajo presión que habría empatado el partido a 122 con dos minutos por jugar. "Tenemos que seguir mejorando", aseguró el alero griego, que era quien debía recibir con 10 segundos en el reloj para intentar empatar el partido y vio frustrada la ocasión por la increíble manopla defensiva de Draymond Green (10 puntos, cinco asistencias y la jugada del partido). "Es increíble lo que es capaz de hacer en esas situaciones", admitió Steve Kerr.
Los Bucks fueron hasta nueve arriba en la primera mitad, empujados por una grada que el año pasado se hizo famosa por las camisetas del 24-1. Imagínense si el partido de la temporada pasada estaba en el ambiente, que el propio Kerr dijo justo antes de empezar el mismo que si algún aficionado de los Bucks había ido al pabellón con una camiseta de '10-3' (y los Bucks ganaban) le regalaba entradas para ver a los Warriors. Qué momento nos regalaron aquellas camisetas.
Sobre el parqué, 28 de Jabari Parker, 33+6+5 de un Kevin Durant (10/17 en los tiros) que sigue siendo el mejor de su equipo (el más regular), 25 puntos de Klay Thompson en la segunda mitad (29 totales) y 20 de un Curry que solo acertó en uno de sus 11 intentos desde el triple.
Tres oportunidades tuvieron los Bucks para empatar o ponerse por delante en los últimos dos minutos (el triple frontal de Teletovic...) y hasta cinco tuvieron los Warriors para sentenciar el partido (cuatro fallos y el tapón de Antetokounmpo). No fue el mejor final, pero sí un partido realmente entretenido. Intensidad, fantasmas y muchos, muchos puntos. Esta vez sobrevivieron los Warriors, que acumulan, como quien no quiere la cosa, siete triunfos consecutivos, un 7-1 fuera de casa y un 11-2 global. Van a ganar todo y más. Otra vez.