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AFC NORTE

¿Los Pittsburgh Steelers podrán rescatar su temporada?

Cuatro derrotas en fila tienen en una profunda crisis a uno de los equipos que inició el año como serio candidato al Super Bowl

Ciudad de México
PITTSBURGH, PA - NOVEMBER 13: Antonio Brown #84 of the Pittsburgh Steelers reacts after his 15 yard touchdown reception in the fourth quarter during the game against the Dallas Cowboys at Heinz Field on November 13, 2016 in Pittsburgh, Pennsylvania.   Joe Sargent/Getty Images/AFP
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Joe SargentAFP

Mike Tomlin tiene una capacidad nunca antes vista para resaltar lo evidente: “Nuestra defensiva simplemente se dobló al final del juego contra Dallas”, declaró en su conferencia del martes.

¿En serio, Mike? Hay crímenes sin resolver en las calles, aún no se sabe qué le sucedió a Amelia Earhart y el mundo tiene todo ese talento desperdiciado con un tipo que entrena a un equipo de football.

Y por cierto, Mike, no se dobló al final del juego contra Dallas. Fíjate bien. La defensiva de tu equipo no ha estado enderezada en lo que va de la temporada. Y la cosa solo se va a poner peor con el anuncio del martes de que Cam Heyward, uno de dos defensivos (Ryan Shazier siendo el otro), que más o menos hacía su trabajo.

El equipo de negro y oro dejó el oro en el pasado y el negro para el futuro.

Pero, tal vez y solo tal vez si Tomlin es capaz de sacar el orgullo de sus jugadores, de recordarles que juegan en una franquicia histórica y no en, digamos los Jaguars, la temporada tenga salvación, siempre y cuando tengan a Ben Roethlisberger, Antonio Brown y Le’Veon Bell saludables.

Claro que por salvación me refiero a alcanzar los playoffs. Punto. Intentar trascender en enero con ese intento de defensiva y un equipo con más lastimados que película de Rambo es simplemente impensable.

El domingo pasado, por primera vez desde hace más de un mes, cuando Hillary Clinton y no Donald Trump se enfilaba a la presidencia de Estados Unidos, la ofensiva dio señales de vida. Es ahí, y no en una defensiva que desde el principio se sabía que solo tenía que doblarse y no romperse, donde radican las aspiraciones de que los Steelers jueguen en enero.

Ahí estuvieron siempre.

En eso y en un calendario que está más accesible que buscar pornografía en internet (se me ha dicho).

Por principio de cuentas, los Steelers visitan el próximo domingo a las aspirinas de Cleveland, capaces de curar cualquier mal del rival y el escalón perfecto para salir de la racha de cuatro derrotas.

De sus siete próximos rivales, solo Ravens y Giants tienen marca ganadora y ambos juegos son en casa. El resto: Buffalo, Cincinnati, dos triunfos ante Browns, y Colts son equipos con los que, en el papel, se tendrían buenas posibilidades si el ataque mantiene su ritmo.

Pero con estos Steelers nada es sencillo. Su ofensiva supuestamente explosiva está más tocada que Kim Kardashian. Tres de sus cuatro principales receptores, Martavis Bryant (suspendido todo el año), Markus Wheaton (hombro) y las manos de frontón de Derrius Heyward Bey, se han ausentado solo Dios sabe cuántos partidos, y otro más, Sammie Coates, ha estado jugando con dos dedos fracturados. Y como diría Galileo: “Y sin embargo, se mueven”.

Si usted, amable lector, le va a Pittsburgh, tiene motivos para ser optimista… todavía. De igual forma, tiene también la misma cantidad de razones para ir tirando esta temporada a la basura. Y aquí le dejo uno más. Los Steelers han tenido una racha de cuatro derrotas 24 veces en su historia, y solo en una de ellas han logrado marca ganadora (2009).

Lo que no se vale es poner las lesiones como excusa, sí en el caso de Pittsburgh son muchas, pero son parte del juego.

Mejor apunten el dedo hacia la indisciplina y a un coach que además de brillar en resaltar lo evidente, rompe con una de las reglas básicas: No inventes football, y por ello me refiero a buscar cuatro conversiones en un partido en el que se sabía desde septiembre que cada punto sería valioso.