Seattle demuestra que Tom Brady no es indestructible
Russell Wilson lanzó tres pases de touchdown para propinarle a New England apenas su segunda derrota de la temporada
Ahora fueron los Patriots los que fallaron a una yarda de anotar. Aunque, claro, ahora no estaba el Super Bowl en juego.
New England tuvio cuatro oportunidades para anotar desde la yarda dos y si a Pete Carroll le sobró imaginación en el Super Bowl de XLIX _ lo que resultó en un desconsolador revés _ a Bill Belichick le faltó el domingo y los Seahawks escaparon de Foxboro con un polémico triunfo de 31-24.
Russell Wilson lanzó su tercer pase de touchdown, todos a Doug Baldwin, con 4:24 por jugar _ una conexión de 15 yardas _ para colocar la pizarra 31-24. Inexplicablemente, Carroll optó por buscar la conversión de dos puntos que convertiría el juego en uno de dos posesiones. No la consiguieron y Tom Brady y los Patriots tuvieron nueva vida.
Brady, fiel a su costumbre, recorrió el emparrillado a placer, y una espectacular recepción de Rob Gronkowksi a 1:29 del final puso el balón en la yarda dos. Parecía cuestión de tiempo.
En segunda oportunidad optó por Blount, pero Seattle, por una vez, logró contenerlo. Tercer down. ¿Otra vez Brady? ¿Por qué no? Porque no llegaría.
Todo se decidiría en cuarta y una yarda. Un pase fuera del alcance de Gronkowski ante la (tal vez) demasiado pegajosa defensiva de Kam Chancellor, firmaría la primera derrota de Brady en la campaña y la segunda para los Patriots en la temporada, ambas en casa.
Brady, quien llegó al juego con 12 pases de touchdown sin intercepciones, no lanzó una sola anotación y en cambio DeShaun Shead le robó un inconsecuente balón en la primera mitad. Desde entonces se sabía que sería un juego distinto.
Los equipos intercambiaron ocho veces la delantera hasta bien entrado el cuarto periodo. Pero alguien tenía que cometer el error. Y fue justo después del último cambio de ventaja, que se presentó con el gol de campo de Steven Hauschka que pondría a los Seahawks al frente 25-24 con su gol de campo de 23 yardas.
Kam Chancellor le arrebató el balón al (casi) siempre confiable Julian Edelman en la yarda 38 y Seattle sabría aprovechar con la conexión de Wilson a Baldwin que selló el marcador.
Los Seahawks, que habían batallado en cuestiones ofensivas durante gran parte de la campaña se olvidaron, aunque sea por una vez, de esos problemas. Wilson completó 25 de 37 para 348 yardas, el ataque terrestre aportó otras 96 para que Seattle volviera a mostrarse como el equipo balanceado que se esperaba al inicio de la campaña.
En contraparte, los Patriots mostraron que no son una máquina, que no son perfectos y que, en el caso de Belichick, hasta los genios se equivocan.