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BARCELONA

El portazo de Sandro Rosell que llevará a juicio a Neymar

La prepotencia del expresidente, origen del terremoto judicial. En 2013 los dueños de DIS fueron a las oficinas del club; Rosell no los recibió.

MéxicoActualizado a
Neymar y su padre, junto a sus abogados, entrando en la Audiencia Nacional.
Chema Díaz / Diario AS

El portazo. En marzo de 2013, tres meses antes de que Neymar anunciara su fichaje por el Barcelona, dos señores muy bien vestidos se presentaron sin cita previa en las oficinas del club. Pidieron hablar con el presidente Rosell, pues tenían algo que contarle sobre la operación Neymar. No les quisieron recibir. No pasaron del mostrador de la entrada, pero dejaron una carta en la que preguntaban cuáles eran las intenciones del Barça con respecto a Neymar pues ellos poseían el 40% de los derechos del jugador y se habían enterado por la prensa de que estaba a punto de fichar y se estaban quedando al margen de la negociación. Esos señores a los que les dieron con la puerta en las narices se llamaban Roberto Moreno y Thiago Ferro. El primero era el abogado y CEO de DIS y el segundo, uno de los socios de este fondo de inversión dependiente del grupo SONDA. Los mismos que, a principios de 2017 sentarán a Rosell, Bartomeu, el Barça, Neymar y su padre en el banquillo de la Audiencia Nacional si antes no media un improbable pacto.

El origen. DIS es un fondo de inversiones propiedad del grupo SONDA, una empresa de supermercados de Brasil que factura 1.000 millones de dólares anuales y que es propiedad de Delcir Sonda. Esta empresa compró el 40 por ciento de los derechos de Neymar cuando tenía 17 años por 5,5 millones de reales (2,1 millones de euros) incluyendo una comisión del 10% a Wagner Ribeiro, que por entonces era su agente. En esa época, Neymar era, según los rectores de DIS, como un ahijado para Delcir Sonda. En 2011, cuando el Santos empieza a negociar la venta del jugador a Europa, las cosas se enfriaron. Un día, el padre de Neymar propuso a DIS comprar su parte del jugador por el doble que habían pagado. Ellos se negaron. Es la época en la que el Barcelona reflejó en su memoria económica un pago por adelantado de 10 millones de euros sin especificar. Luego se supo que fueron pagados a cuenta al padre de Neymar. En DIS creció la sospecha de que se estaba fraguando un negocio en el que les estaban dejando de lado.

De los “57 y punto” a los 86,2. Neymar fichó por el Barça. En su presentación, se dijo eso de que el traspaso ascendía a 57 millones: 17 de traspaso y 40 en contratos paralelos a la empresa N&N. A DIS, como propietaria del 40 por ciento, le correspondían 6,8 sobre los 17. Los 40 iban directos a las arcas de los Neymar. DIS pidió explicaciones al Santos, que le pidió una carta a Rosell en la que se explicaba que esos 40 millones correspondían a pagos comprometidos anteriormente, obviando que alguno de esos se firmaron con fecha posterior a la presentación del jugador. Es entonces cuando aparece Jordi Cases. A este socio le hicieron como a los representantes de DIS. Le dieron con la puerta en las narices cuando pidió explicaciones y se fue a la Audiencia Nacional. En un principio, el Barça no dio ninguna importancia a la denuncia, pero en enero de 2014, después de la dimisión de Rosell, Bartomeu explicó en un “estriptis financiero” todos los números del contrato. Habló de 86,2 millones. En DIS se sintieron aún más estafados...

La querella. DIS se querelló contra Neymar. El Barcelona se justificó diciendo que esos 40 millones no eran parte del traspaso sino que eran salario (de ahí se derivó el caso Neymar 1 pues el Barça no los consignó fiscalmente en España y el club acabó siendo condenado a pagar 5,5 millones tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía). Ese salario se repartió en multitud de contratos como el que le aseguraba al Santos 7,9 millones por un derecho preferencial por tres jugadores: Gabigol, Givanel y Andrade. El primero acabó en el Inter. El Barça se quejó de que no tuvo tiempo de ejercer su derecho. El segundo es objeto de juicio en Brasil: el Santos sólo tenía el 40% de sus derechos. El tercero se fue gratis al Benfica. DIS mantiene que el Santos se benefició al 100%, cuando el reparto debió ser 60-40.

Humillación. Mientras el Caso Neymar 1 se trasladaba de la Audiencia Nacional a la de Barcelona y se llegaba a un pacto en el que el club admitía su culpabilidad, DIS se querellaba en la Audiencia abriendo el Caso Neymar 2. Delcir Sonda y José Barral afirmaron haber sido “víctimas del peor atraco posible”. El más duro fue Sonda. Se sentía insultado por los Neymar, quienes dijeron que no conocían “de nada a ese señor”. Sonda se tomó esas palabras como “una puñalada por la espalda. Comía en mi casa”. La querella se convirtió una cuestión de honor. El juez De la Mata, que sustituyó a Pablo Ruz, decidió el pasado 6 de noviembre procesar a todos los actores por “alterar la competencia en el mercado de fichajes” y por un supuesto “delito de corrupción entre particulares”. Dos días después, la Fiscalía sacó a Bartomeu de la querella. DIS insiste en que debe de ser procesado.

Qué puede pasar. El Barça dice estar “estupefacto”. Cree que el Caso Neymar 1 demostró que los famosos 40 millones eran parte de salario, no se tributaron correctamente y el club fue condenado. Por tanto, no son traspaso y DIS no debe cobrar. Los brasileños defienden que si eso pasó fue a sus espaldas y evitó que por Neymar pujasen otros clubes (como Madrid o United) que estaban dispuestos a pagar más. Hubo “una alteración del mercado”. Todo podría resolverse con un acuerdo que derivara en un juicio por conformidad siempre y cuando los Neymar pidieran perdón a DIS. Más que de dinero, es una cuestión de orgullo. Si Rosell no hubiera dado con la puerta en las narices a Moreno y Ferro y luego a Jordi Cases, no estarían ahora camino del banquillo.

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