Los Oakland Raiders no quieren que tengas el balón
El equipo de Jack del Rio ha conseguido dominar la posesión, como hizo ante Denver, hasta límites no contemplados aún en esta temporada de la NFL.
Los Oakland Raiders tuvieron ayer, frente a los Denver Broncos, su partido de epifanía definitiva en esta temporada. Habían jugado bien antes, y habían ganado muchos partidos, pero necesitaban el proverbial puñetazo en la mesa para que toda la liga girase la cara hacia ellos. Este duelo lo fue.
Y no sólo por el resultado en sí, o por haber doblegado a su principal rival de división, que coincide que es el actual campeón de la Super Bowl, sino por cómo lo hicieron: dominando el tiempo de posesión como nadie lo había hecho hasta ahora en 2016.
En concreto, fueron 41:28 minutos los que mantuvieron el balón en sus manos. Es el récord de la campaña no sólo para ellos, sino para cualquiera de los otros 31 equipos.
Esto es una enormidad. Esto significa que tu rival apenas si tiene opción de ganar el partido. Significa que eres capaz de jugar al ritmo que te da la gana para maximizar a tu ataque y a tu defensa, que eres capaz de evitar riesgos que, en suma, puedes sacar los primeros downs dónde y cuándo quieras. Es oro puro en la NFL.
Es fácil apostar a que no repetirán esa cifra en lo que queda de año. Y más fácil aún a que, si lo hacen, la victoria caerá de su lado con altísima probabilidad. Así que es más interesante fijarse en la tendencia. Y esa indica que en los últimos tres partidos su media de tiempo de posesión es de 36:04, también la mejor de toda la liga. Es decir, no se trata de un 'accidente' pensado y ejecutado para contrarrestar la defensa presionante contra el QB de los Denver Broncos con un juego de carrera machacón. No. Estamos ante un equipo que quiere quitarte el alma.
¿Cómo lo ha conseguido? A fin de cuentas el año pasado no llegaban a los treinta minutos por partido. Pues es aquí donde hay que quitarse el sombrero con el plan del general manager Reggie McKenzie, que tiró la casa por la ventana con el fichajhe de Kelechi Osemele, un guard al que pagó con salario de tackle. No sólo eso, sino que apostó por mantener a Donald Penn y por reforzar en años anteriores la unidad con gente como Rodney Hudson o Austin Howard.
En la suma final, todos los hombres de la OL de los Raiders llegan a los 37,7 millones de dólares de salarios, lo que les coloca como la más cara de la NFL. Y están pagando sus dividendos. Gracias a ellos hay un juego de carrera estable, un QB que puede jugar a placer en corto y un ataque que hace del reloj su mayor aliado.
Pocos asuntos tan fiables en el football para conocer el éxito de un equipo como la capacidad para tener la posesión del reloj. Y los Oakland Raiders están empezando a dominar este arte con maestría. Eso es el verdadero puñetazo en la mesa para un grupo cuyo crecimiento, ahora mismo, no parece tener un techo cercano.