Esta es la importancia de llamarse Clayton Kershaw
El pitcher zurdo de los Dodgers hace un partido en playoffs a la altura de sus posibilidades e iguala la eliminatoria contra los Cubs.
Como siempre que se inicia un período de postemporada, nos encontramos con el clásico ejemplo del jugador que ha brillado durante el transcurso de la campaña regular, pero que curiosamente, es incapaz de brillar a la altura de costumbre porque ‘le puede la presión’ o ‘no sabe ganar en el mes de octubre’.
Este es el caso del mejor pitcher del mundo, que se llama Clayton Kershaw y milita en Los Ángeles Dodgers, cuyas dificultades para rendir a su excelso nivel en los playoffs han hecho correr ríos y no pocos de tinta.
Sus guarismos en octubre antes de su primera actuación en la eliminatoria contra Chicago Cubs hablan por sí mismos: 3-6, 4.79 de ERA en 77 entradas.
Y nunca unos guarismos como esos han estado más equivocados respecto a lo que íbamos a ver en su titánico duelo contra los de Illinois.
Clayton Kershaw estuvo increíble durante las siete impecables entradas en las que estuvo sobre el montículo y consiguió que sus Dodgers se repartieran las victorias tras los dos primeros encuentros en Wrigley Field, ofreciéndonos lo que puede hacer el mejor pitcher del mundo y sí, también octubre como ya sospechábamos muchos.
Echando mano de todo su repertorio y lanzando por cuarta vez (tres como titular) en sólo diez días, el zurdo de Texas realizó un clinic frente al mejor equipo de la competición, que venía de ser la tercera mejor ofensiva global durante 2016, que no es poca cosa.
Lo más llamativo de Kershaw no fue que dominara de forma aplastante a ese turno de bateo que está sufriendo de forma colectiva como en ningún momento del año (y no se me ocurre uno más inoportuno), sino cómo lo hizo, con la precisión de un maestro cirujano que diseccionó a un ataque muy poderoso hasta convertirlos en meras sombras de lo que eran, todo ello en 84 económicos lanzamientos.
Cierto es que Kershaw tuvo sus problemas nada más perder su partido perfecto en la quinta entrada, también es cierto que hubo un foul ball de Rizzo que tenía la profundidad de haber sido home run, pero que fue strike, y también que cuando conectó Javier Báez en la séptima, todo Wrigley Field rugió porque pensaban que era el punto de inflexión del choque… hasta que la pelota acabó mansamente en el guante de Joc Pederson.
Y haciendo buen uso de ese deseo de su pitching coach, Clayton Kershaw se convirtió en el ‘setup’, el hombre que precede al closer Kenley Jansen, porque el de Curaçao salió en la octava entrada y se encargó de los últimos seis outs en una actuación muy eficiente.
A todo esto, no nos olvidemos del Titán, Adrián González, sin cuyo home run puede que todavía estuviésemos esperando que acabase el encuentro, ya que los Dodgers desaprovecharon múltiples opciones de ampliar su renta y acabar un 0 de 7 con corredores en posición de anotar.
Y tampoco nos olvidemos de Kyle Hendricks, que ha sido quien ha liderado la Liga Nacional en ERA con su 2.13 en temporada regular, y que no pareció tener problemas tras abandonar su encuentro anterior en playoffs por un pelotazo en el antebrazo, limitando a los Dodgers en un partido trabado al zarpazo de Adrián González y poco más, con un notable trabajo de escapismo durante sus cinco entradas y un tercio.
Con todo esto, la serie adquiere un aspecto tremendamente atractivo, con ambos clubes repartiéndose los triunfos y nos garantizamos que todos los partidos en Los Ángeles van a disputarse, aparte que hay inmensas posibilidades de volver a la ciudad del viento.
Jake Arrieta (18-8, 3.10 en temporada regular y 0-0, 3.00 en playoffs) vuelve al lugar donde perpetró su no-hitter en el año 2015, un Dodger Stadium que se va a engalanar para ese duelo contra Rich Hill (12-5, 2.12 en campaña regular y 0-1, 6.43 en postemporada).